Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo B, Tiempo Ordinario,
Domingo de la Semana No. 18
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Yo haré llover pan del cielo * El Señor les dio un trigo
celeste. * Vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios * El que
viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará sed
Textos para este día:
Éxodo 16,2-4.12-15:
En aquellos días, la comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el
desierto, diciendo: "¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto,
cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos!
Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad."
El Señor dijo a Moisés: "Yo haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger
la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no. He oído las
murmuraciones de los israelitas. Diles: "Hacía el crepúsculo comeréis carne, por la
mañana os saciaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios.""
Por la tarde, una banda de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana,
había una capa de rocío alrededor de campamento. Cuando se evaporó la capa de
rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino, parecido a la escarcha. Al
verlo, los israelitas dijeron: "¿Qué es esto?" Pues no sabían lo que era. Moisés les
dijo: "Es el pan que el Señor os da de comer."
Salmo 77:
Lo que oímos y aprendimos, / lo que nuestros padres nos contaron, / lo contaremos
a la futura generación: / las alabanzas del Señor, su poder. R.
Dio orden a las altas nubes, / abrió las compuertas del cielo: / hizo llover sobre
ellos maná, / les dio un trigo celeste. R.
Y el hombre comió pan de ángeles, / les mandó provisiones hasta la hartura. / Los
hizo entrar por las santas fronteras, / hasta el monte que su diestra había
adquirido. R.
Efesios 4, 17.20-24:
Hermanos: Esto es los que digo y aseguro en el Señor: que no andéis ya como los
gentiles, que andan en la vaciedad de sus criterios. Vosotros, en cambio, no es así
como habéis aprendido a Cristo, si es que es él a quien habéis oído y en él fuisteis
adoctrinados, tal como es la verdad en Cristo Jesús; es decir, a abandonar el
anterior modo de vivir, el hombre viejo corrompido por deseos seductores, a
renovaros en la mente y en el espíritu y a vestiros de la nueva condición humana,
creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.
Juan 6,24-35:
En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se
embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla
del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo has venido aquí?" Jesús contesto: "Os
lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan
hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que
perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha
sellado el Padre, Dios." Ellos le preguntaron: "Y, ¿qué obras tenemos que hacer
para trabajar en lo que Dios quiere?" Respondió Jesús: "La obra que Dios quiere es
ésta: que creáis en el que él ha enviado." Le replicaron: "¿Y qué signo vemos que
haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el
maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan del cielo."" Jesús les
replicó: "Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi
Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja
del cielo y da vida al mundo." Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de este
pan." Jesús les contestó: "Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará
hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed."
Homilía
Temas de las lecturas: Yo haré llover pan del cielo * El Señor les dio un
trigo celeste. * Vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de
Dios * El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará
sed
1. El Pan como Regalo
1.1 Uno asocia el pan con la idea de "ganarse el pan." Y no está mal porque existe
el pan "ganado," o sea, el pan que nos ganamos a través del esfuerzo de sembrar,
cultivar, cosechar, amasar, hornear. Pero no todo pan es esfuerzo; hay pan que es
regalo; pan que nos recuerda que en el fondo todo es regalo, hasta el mismo
esfuerzo.
1.2 El pan, en efecto, es ante todo el símbolo del sustento para la vida. Pero, ¿no
es la vida misma un regalo? Es decir: ¿qué hemos hecho para merecer existir?
¿Qué dimos a cambio para que en justicia se nos diera vivir? Y si el empezar a vivir
fue regalo y puro don, entonces, estrictamente hablando, ¿qué puede haber dentro
de la vida que no tenga radicalmente la condición de regalo y de don? ¡Incluso las
mismas fuerzas con que nos esforzamos existen porque nosotros existimos, y ello
es siempre regalo!
2. No dar nada por descontado
2.1 Este carácter esencial de la vida como "don continuado" uno lo olvida
fácilmente. Pronto uno se acostumbra a que las cosas "deben ser" de un
determinado modo y "tienen que estar." Las damos por descontadas. Se vuelven
parte del inventario de la vida y las consideramos como derechos adquiridos. En
esta categoría están las leyes de la naturaleza, la estabilidad y seguridad de la vida
en sociedad y la salud, cuando uno la tiene y disfruta.
2.2 Es en este punto donde las contradicciones y sobre todo los imprevistos nos
cambian la escena. Un accidente, o simplemente una circunstancia en que nos
vemos sin esos recursos que ya considerábamos como "debidos" nos obligan a
replantear la vida. Usualmente la primera reacción es inmadura y quejumbrosa,
como Israel en el desierto.
2.3 A su vez, la respuesta de Dios, cuando llega en ese contexto de incertidumbre y
precariedad, adquiere un significado nuevo porque es un recordatorio de qu todo
viene de Él--incluyendo nuestra propia existencia.
3. El Don y el Donante
3.1 El pan que llega como regalo, el "Pan del Cielo" es Cristo. Esa expresión indica
varias cosas. Por lo pronto implica que Él es el gran recordatorio del plan y las
condiciones iniciales, las de la creación. Luego, es una enseñanza viva: la salvación
es gratuita, es por gracia, porque la existencia misma ya es una "gracia," ya es un
don. Y ambos dones, el de existir y el de ser salvo, nos han llegado por Cristo.
3.2 Por otra parte, el Pan del Cielo no ha caído solo, ni ha caído porque sí. El Pan
del Cielo ha sido regalado y todo receptor de este regalo ha de preguntarse por
quién es el donante. El donante, según explica Cristo, es Dios nuestro Padre.
Recibir a Cristo como don es recibir al Padre como donante. Y recibir al Padre como
donante es admitir que uno mismo es don, a imagen de Cristo.
Fr. Nelson Medina, O.P.