Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Semana No. 18, Miércoles
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Con amor eterno te amé * El Señor nos guardará como un pastor a
su rebaño. * Mujer, qué grande es tu fe
Textos para este día:
Jeremías 31, 1-7:
En aquel tiempo -oráculo del Señor-, seré el Dios de todas las tribus de Israel, y ellas serán
mi pueblo. Así dice el Señor: "Halló gracia en el desierto el pueblo escapado de la espada;
camina Israel a su descanso, el Señor se le apareció de lejos. Con amor eterno te amé, por
eso prolongué mi misericordia. Todavía te construiré, y serás reconstruida, doncella de
Israel; todavía te adornarás y saldrás con panderos a bailar en corros; todavía plantarás
viñas en los montes de Samaria, y los que plantan cosecharán.
"Es de día", gritarán los centinelas en la montaña de Efraín: "Levantaos y marchemos a
Sión, al Señor, nuestro Dios."" Porque así dice el Señor: "Gritad de alegría por Jacob,
regocijaos por el mejor de los pueblos: proclamad, alabad y decid: "El Señor ha salvado a
su pueblo, al resto de Israel.""
Jeremías 31:
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor, / anunciadla en las islas remotas: / "El que
dispersó a Israel lo reunirá, / lo guardará como un pastor a su rebaño." R.
"Porque el Señor redimió a Jacob, / lo rescató de una mano más fuerte." / Vendrán con
aclamaciones a la altura de Sión, / afluirán hacia los bienes del Señor. R.
Entonces se alegrará la doncella en la danza, / gozarán los jóvenes y los viejos; / convertiré
su tristeza en gozo, / los alegraré y aliviaré sus penas. R.
Mateo 15, 21-28:
En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer
cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: "Ten compasión de mí,
Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo". El no le respondió nada.
Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: "Atiéndela, que viene detrás gritando". El
les contestó: "Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel". Ella los alcanzó y
se postró ante él, y le pidió de rodillas: "Señor, socórreme". El le contestó: "No está bien
echar a los perros el pan de los hijos". Pero ella repuso: "Tienes razón, Señor, pero también
los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos". Jesús le respondió:
"Mujer, ¡qué grande es tu fe!; que se cumpla lo que deseas". En aquel momento quedó
curada su hija.
Homilía
Temas de las lecturas: Con amor eterno te amé * El Señor nos guardará como un pastor a
su rebaño. * Mujer, qué grande es tu fe
1. Dios Declarando su Amor
1.1 Con la fama de triste que tiene Jeremías, tal vez no esperaríamos una declaración de
amor tan clara y tan bella como la que hemos encontrado hoy. Es Dios mismo quien nos
dice estas palabras, que deben ser saboreadas: "Con amor eterno te amo, por eso te
mantengo mi favor; te edificaré de nuevo y serás reedificada, doncella de Israel; de nuevo
tomarás tus panderetas y saldrás a bailar alegremente."
1.2 Es importante recordar con frecuencia ese fondo de amor inagotable que está ahí, muy
adentro de todo el lenguaje de los profetas, incluso si el deber les impone, como le impuso
a Jeremías, hablar fuerte en contra de las hipocresías e injusticias del pueblo. En realidad
es que este es un criterio para distinguir al verdadero profeta del falso: el verdadero habla
desde el amor, también cuando fustiga.
1.3 Un ejemplo reciente y una aplicación de este criterio lo tenemos en los típicos análisis
de la realidad social que hace unos años eran punto de partida ineludible en todo estudio
sobre la Iglesia en América Latina. Por aquella época algunos pensaban que el análisis
marxista era, si no el único, sí el más apropiado para descubrir los engaños sociales y
pecados colectivos de la región.
1.4 El problema es que este análisis, que ciertamente tomaba ribetes proféticos en su ardor,
dejaba siempre un sabor de encono, de desquite, de venganza de los pobres y
desposeídos. Tal profetismo tenía entrañas de ira y en su fondo último parecía siempre
preferible vencer al opositor y no convertirlo. Según lo que hemos visto hoy, se entiende
que el Magisterio de la Iglesia tuviera que intervenir y hacer ver que no cualquier análisis se
puede usar, sobre todo si sus presupuestos contradicen las entrañas de caridad y de amor
inextinguible que son evidentes en los genuinos profetas, como Jeremías.
2. Un Episodio Chocante
2.1 El evangelio de hoy nos presenta un pasaje bastante difícil sobre todo porque la actitud
de Jesús resulta francamente desconcertante: ¿por qué hace esperar tanto a esta pobre
mujer que clamaba la curación de su hijita? Y si luego va a curarla, ¿por qué con ese
lenguaje tan duro, diríamos tan humillante?
2.2 Para dar un poco de perspectiva a lo sucedido, conviene recordar que Jesús tenía muy
claro que su misión, por lo menos en el terreno de lo inmediato, iba dirigida a los miembros
del pueblo elegido. Él no se ve a sí mismo como una especie de curandero o de hombre
con poderes extraordinarios. A menudo prefirió destacar el papel de la fe de quienes
recibían sus milagros, como quitando la atención de sí mismo y desplazándola hacia el acto
de fe que el enfermo hacía cuando se curaba.
2.3 El enfoque de Jesús no es tanto que Él hace cosas sino que Él es la ocasión de que
Dios haga cosas en quienes vuelven hacia Dios. Esto es así porque Jesús básicamente
está anunciando que Dios reina, está anunciando el Reinado de Dios como más potente
que toda la iniquidad humana y también como más fuerte que todo lo que aflige u oprime a
los hombres.
2.4 En síntesis, Jesús quiere que el protagonista sea el poder de Dios que se hace próximo
y activo en nosotros cuando realmente creemos. Es evidente que una curación "fácil" y un
encuentro casi accidental con una especie curandero itinerante no son el lugar para
realmente reconocer que es Dios el que reina.
2.5 Esto explica, por lo menos en parte, lo que al principio nos parecía chocante: Jesús no
quiere que sus milagros sean anécdotas, sino mensajes que anuncian la llegada del Reino.
En el fondo, la demora en conceder esa sanación y el modo de hablarle a esta mujer son
una especie de catequesis que quiere mostrar por qué caminos le llega la salvación. Al
decirle que esta recibiendo migajas de la mesa del pueblo elegido le está mostrando que
sólo hay un Dios, que ese Dios se ha revelado al pueblo de la alianza, y que de Él y sólo de
Él viene todo bien.
Fr. Nelson Medina, O.P.