Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Agosto 10
Fiesta de San Lorenzo, Diácono y Mártir
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Al que da de buena gana lo ama Dios * El Señor es
quien salva a los justos. * Si el grano de trigo muere, producirá mucho fruto
Textos para este día:
2 Corintios 9, 6-10:
Hermanos: Recuerden que el que poco siembra, cosecha poco, y el que mucho
siembra, cosecha mucho. Cada cual dé lo que su corazón le diga y no de mala
gana ni por compromiso, pues Dios ama al que da con alegría. Y poderoso es
Dios para colmarlos de toda clase de favores, a fin de que, teniendo siempre
todo lo necesario, puedan participar generosamente en toda obra buena. Como
dice la Escritura: “Repartió a manos llenas a los pobres; su justicia permanece
eternamente”.
Dios, que proporciona semilla al sembrador y le da pan para comer, les
proporcionará a ustedes una cosecha abundante y multiplicará los frutos de su
justicia.
Salmo 36:
Confía en el Señor y haz el bien, / habita tu tierra y practica la lealtad; / sea el
Señor tu delicia, / y él te dará lo que pide tu corazón. R.
Encomienda tu camino al Señor, / confía en él, y él actuará: / hará tu justicia
como el amanecer, / tu derecho como el mediodía. R.
Apártate del mal y haz el bien, / y siempre tendrás una casa; / porque el Señor
ama la justicia / y no abandona a sus fieles. R.
El Señor es quien salva a los justos, / él es su alcázar en el peligro; / el Señor
los protege y los libra, / los libra de los malvados y los salva / porque se acogen
a él. R.
Juan 12, 24-26:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo les aseguro que si el grano de
trigo sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere,
producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece
a sí mismo en este mundo, asegura para la vida eterna.
El que quiera servirme que me siga, para que donde yo esté, también esté mi
servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre».
Homilia
Temas de las lecturas: Al que da de buena gana lo ama Dios * El Señor es
quien salva a los justos. * Si el grano de trigo muere, producirá mucho fruto
1. Quién era Lorenzo
1.1 Lorenzo era uno de los siete diáconos de Roma, o sea uno de los siete
hombres de confianza del Sumo Pontífice. Su oficio era de gran responsabilidad,
pues estaba encargado de distribuir las ayudas a los pobres. En el año 257 el
emperador Valeriano publicó un decreto de persecución en el cual ordenaba que
todo el que se declarara cristiano sería condenado a muerte. El 6 de agosto el
Papa San Sixto estaba celebrando la santa Misa en un cementerio de Roma
cuando fue asesinado junto con cuatro de sus diáconos por la policía del
emperador. Cuatro días después fue martirizado su diácono San Lorenzo.
1.2 La antigua tradición dice que cuando Lorenzo vio que la Sumo Pontífice lo
iban a matar le dijo: "Padre mío, ¿te vas sin llevarte a tu diácono?" y San Sixto
le respondió: "Hijo mío, dentro de pocos días me seguirás". Lorenzo se alegró
mucho al saber que pronto iría a gozar de la gloria de Dios.
2. Servidor de los Pobres
2.1 Entonces Lorenzo viendo que el peligro llegaba, recogió todos los dineros y
demás bienes que la Iglesia tenía en Roma y los repartió entre los pobres.
2.2 El alcalde de Roma, que era un pagano muy amigo de conseguir dinero,
llamó a Lorenzo y le dijo: "Me han dicho que los cristianos emplean cálices y
patenas de oro en sus sacrificios, y que en sus celebraciones tienen candeleros
muy valiosos. Vaya, recoja todos los tesoros de la Iglesia y me los trae, porque
el emperador necesita dinero para costear una guerra que va a empezar".
Lorenzo le pidió que le diera tres días de plazo para reunir todos los tesoros de
la Iglesia, y en esos días fue invitando a todos los pobres, lisiados, mendigos,
huérfanos, viudas, ancianos, mutilados, ciegos y leprosos que él ayudaba con
sus limosnas. Y al tercer día los hizo formar en filas, y mandó llamar al alcalde
diciéndole: "Ya tengo reunidos todos los tesoros de la iglesia. Le aseguro que
son más valiosos que los que posee el emperador".
2.3 Llegó el alcalde muy contento pensando llenarse de oro y plata y al ver
semejante colección de miseria y enfermedad se disgustó enormemente, pero
Lorenzo le dijo: "¿por qué se disgusta? ¡Estos son los tesoros más apreciados de
la iglesia de Cristo!"
3. La Hora Final
3.1 El alcalde lleno de rabia le dijo: "Pues ahora lo mando matar, pero no crea
que va a morir instantáneamente. Lo haré morir poco a poco para que padezca
todo lo que nunca se había imaginado. Ya que tiene tantos deseos de ser mártir,
lo martirizaré horriblemente". Y encendieron una parrilla de hierro y ahí
acostaron al diácono Lorenzo. San Agustín dice que el gran deseo que el mártir
tenía de ir junto a Cristo le hacía no darle importancia a los dolores de esa
tortura.
3.2 Los cristianos vieron el rostro del mártir rodeado de un esplendor
hermosísimo y sintieron un aroma muy agradable mientras lo quemaban. Los
paganos ni veían ni sentían nada de eso. Después de un rato de estarse
quemando en la parrilla ardiendo el mártir dijo al juez: "Ya estoy asado por un
lado. Ahora que me vuelvan hacia el otro lado para quedar asado por completo".
El verdugo mandó que lo voltearan y así se quemó por completo. Cuando sintió
que ya estaba completamente asado exclamó: "La carne ya está lista, pueden
comer". Y con una tranquilidad que nadie había imaginado rezó por la
conversión de Roma y la difusión de la religión de Cristo en todo el mundo, y
exhaló su último suspiro. Era el 10 de agosto del año 258.
3.3 El poeta Prudencio dice que el martirio de San Lorenzo sirvió mucho para la
conversión de Roma porque la vista del valor y constancia de este gran hombre
convirtió a varios senadores y desde ese día la idolatría empezó a disminuir en la
ciudad. (Versión de Alejandro Cañadas)
Fr. Nelson Medina, O.P.