Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Agosto 14
Memoria de San Maximiliano María Kolbe, Mártir
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: También nosotros debemos dar la vida por nuestros
hermanos * Mi boca contará tu auxilio * Nadie tiene amor más grande a sus amigos
que el que da la vida por ellos
Textos para este día:
1 Juan 3, 13-18:
Hermanos: No se sorprendan de que el mundo los odie. Nosotros estamos seguros
de haber pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos. El
que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida y
bien saben ustedes que ningún homicida tiene la vida eterna.
Conocemos lo que es el amor, en que Cristo dio su vida por nosotros.
Así también debemos nosotros dar la vida por nuestros hermanos. Si alguno,
teniendo con qué vivir, ve a su hermano pasar necesidad, y sin embargo, no lo
ayuda, ¿cómo habitará el amor de Dios en él?
Hijos míos, no amemos solamente de palabra; amemos de verdad y con las obras.
Salmo 70:
A ti, Señor , me acojo: / no quede yo derrotado para siempre; / tú que eres justo,
líbrame y ponme a salvo, / inclina a mí tu oído y sálvame. R. Sé tu mi roca de
refugio, / el alcázar donde me salve, / porque mi peña y mi alcázar eres tú, / Dios
mío, líbrame de la mano perversa. R. Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza / y
mi confianza, Señor, desde mi juventud. / En el vientre materno ya me apoyaba en
ti, / en el seno tú mje sostenías. R. Mi boca contará tu auxilio, / y todo el día tu
salvación. / Dios mío, me instruiste desde mi juventud, / y hasta hoy relato tus
maravillas. R.
Juan 15, 12-16:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
«Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he
amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos, que el que da la vida por ellos.
Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos
porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque
les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.
No son ustedes los que me han elegido; soy yo quien los ha elegido y los ha
destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre
les conceda cuanto le pidan en mi nombre».
Homilía
Temas de las lecturas: También nosotros debemos dar la vida por nuestros
hermanos * Mi boca contará tu auxilio * Nadie tiene amor más grande a sus amigos
que el que da la vida por ellos
1. Un mundo nuevo
1.1 Es tan impresionante el testimonio que dio el P. Maximiliano Ma. Kolbe con su
muerte que uno fácilmente puede olvidar que esa muerte generosa fue el fruto de
una vida ya antes entregada a Dios. Precisamente porque sentía y sabía que su
vida estaba en manos de Dios, por las manos de María, el P. Maximiliano pudo
ofrecerse así en ese campo de concentración.
1.2 Por supuesto, los planes anteriores suyos no incluían la reclusión en un campo
de concentración. Maximiliano oraba y trabajaba por un mundo nuevo, literalmente
hablando. Su sueño era hacer "Ciudadelas de la Virgen María" en las que se hiciera
visible la hermosura de una vida inmaculada, a imagen de la Inmaculada.
1.3 Muchos sonreirán al oír esa clase de sueños. Para muchas personas el amor
simplemente no tiene cabida en la esfera social. Son demasiados los que creen que
amar es solo un sentimiento y además un sentimiento reducido a la esfera de lo
privado: la familia, la pareja. El amor era una palabra muchoa más ancha, profunda
y fuerte para Maximiliano... y su modo de amar hasta morir lo demostró.
2. Vive más quien ama más
2.1 Uno de los aspectos más impresionantes del martirio de Maximiliano es su
resistencia. Bien sabido es que aquellos nazis sometieron a los pobres condenados
a morir de un modo horrendo: de física hambre y sed. También se sabe que
Maximiliano era el más activo de todos, ya consolando, ya orando, ya dirigiendo
palabras de sabiduría a sus compañeros de infortunio.
2.2 Y sin embargo, fue Maximiliano, el más activo, el que por decirlo así se
"gastaba" más, fue él quien resistió más, quien duró más. Tanto, que al final los
nazis decidieron ponerle una inyección letal porque ya había quedado solo en la
prisión, y aunque extremadamente débil, todavía respiraba.
2.3 De ahí aprendemos que vive más quien da más; vive más quien ama más. El
amor, decía Santa Catalina de Siena, es la "sustancia" misma del alma, que fue
"hecha de amor." Desde esa perspectiva es apenas lógico que aquel que ama más
también viva más.
Fr. Nelson Medina, O.P.