Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 19, Jueves
-----------------------------------
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Recibí esta palabra del Señor * No olvidéis las acciones de
Dios. * No te digo que perdones siete veces, sino hasta setenta veces siete
Textos para este día:
Ezequiel 12, 1-12:
Me vino esta palabra del Señor: Hijo de Adán, vives en la casa rebelde: tienen ojos
para ver, y no ven; tienen oídos para oír, y no oyen; pues son casa rebelde.
Tú, hijo de Adán, prepara el ajuar del destierro y emigra a la luz del día, a la vista
de todos; a la vista de todos, emigra a otro lugar, a ver si lo ven; pues son casa
rebelde.
Saca tu ajuar, como quien va al destierro, a la luz del día, a la vista de todos, y tú
sal al atardecer, a la vista de todos, como quien va al destierro.
A la vista de todos, abre un boquete en el muro y saca por allí tu ajuar. Cárgate al
hombro el hatillo, a la vista de todos, sácalo en la oscuridad; tápate la cara, para
no ver la tierra, porque hago de ti una señal para la casa de Israel."
Yo hice lo que me mandó: saqué mi ajuar como quien va al destierro, a la luz del
día; al atardecer, abrí un boquete en el muro, lo saqué en la oscuridad, me cargué
al hombro el hatillo, a la vista de todos.
A la mañana siguiente, me vino esta palabra del Señor: Hijo de Adán, ¿no te ha
preguntado la casa de Israel, la casa rebelde, qué es lo que hacías?
Pues respóndeles: "Esto dice el Señor: Este oráculo contra Jerusalén va por el
príncipe y por toda la casa de Israel que vive allí." Di:
"Soy señal para vosotros; lo que yo he hecho lo tendrán que hacer ellos: Irán
cautivos al destierro.
El príncipe que vive entre ellos se cargará al hombro el hatillo, abrirá un boquete en
el muro para sacarlo, lo sacará en la oscuridad y se tapará la cara para que no lo
reconozcan.""
Salmo 77:
Tentaron al Dios Altísimo y se rebelaron, / negándose a guardar sus preceptos; /
desertaron y traicionaron como sus padres, / fallaron como un arco engañoso. R.
Con sus altozanos lo irritaban, / con sus ídolos provocaban sus celos. / Dios lo oyó
y se indignó, / y rechazó totalmente a Israel. R.
Abandonó sus valientes al cautiverio, / su orgullo a las manos enemigas; / entregó
su pueblo a la espada, / encolerizado contra su heredad. R.
Mateo 18, 21-29:
En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús, le preguntó: "Señor, si mi hermano
me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?". Jesús le
contestó: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete".
Y les propuso esta parábola: "Se parece el Reino de los cielos a un rey que quiso
ajustar cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno
que debía tres mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo
vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El
empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia conmigo, y
yo te lo pagaré todo". El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar,
perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus
compañeros que le debía cien denarios, y, agarrándolo, lo estrangulaba diciendo:
"Págame lo que me debes". El compañero, arrodillándose a sus pies, le rogaba
diciendo: "Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré".
Pero él se negó, y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus
compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su
señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "¡Siervo malvado! Toda
aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener
compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?". Y el señor,
indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo
hará con vosotros mi Padre del cielo si cada cual no perdona de corazón a su
hermano". Cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y vino a la región
de Judea, al otro lado del Jordán.
Homilía
Temas de las lecturas: Recibí esta palabra del Señor * No olvidéis las acciones de
Dios. * No te digo que perdones siete veces, sino hasta setenta veces siete
1. La Humillación del Rey de Judá
1.1 Ezequiel, lo mismo que otros profetas de Dios, llevó el mensaje no sólo a través
de palabras expresas sino también por medio de acciones simbólicas. Es lo que
encontramos en la primera lectura de hoy.
1.2 En este caso la profecía se refiere a una persona concreta, el rey. Y el mensaje
es fuerte: en el momento final el rey se mostrará como un cobarde, que abandona
a su pueblo y trata de salvar su pellejo huyendo a escondidas. Y no sólo eso: el
resto del pueblo tendrá que salir también, pero no a escondidas, sino abiertamente,
para ir a la cautividad, como reos y siervos de un imperio pagano.
1.3 Ahora bien, la causa de todo ello está en una palabra que le oiremos muchas
veces a Ezequiel: la rebeldía. La casa de Judá, el pueblo elegido, es un pueblo
rebelde, incapaz de oír, tardo para obedecer, pronto para mentir, inconstante e
infiel. Lo único que uno puede recordar es lo que dijo el apóstol Pablo: "La paga del
pecado es la muerte." (Rom 6,23).
2. Perdonar, ¿cuántas veces?
2.1 Una de las características más sorprendentes del amor la expresó san Pablo en
su famoso texto sobre el amor, en Primera Corintios, capítulo 13. Allí leemos: "el
amor no lleva cuentas" (1 Cor 13,5).
2.2 El que hace negocios, lleva cuentas. Pero la lógica de la gracia no es la del
negocio; es la del amor. Si Dios se sentara a hacer cuentas con nosotros, ¿cómo
nos iría? Ya esto lo descubrió el salmista y por eso escribió: "si llevas cuenta de los
delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?" (Sal 130,3).
2.3 Uno sólo alcanza el perdón cuando el perdón lo ha alcanzado a uno. Sólo
desbordados de amor empezamos a amar. Sólo bendecidos con misericordia
proclamamos la misericordia. Y en ese momento, ninguna cuenta importa. El amor
es incontable.
Fr. Nelson Medina, O.P.