"Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano?”
Mt 18, 21-19, 1
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. ¿CUÁL DEBE DE SER LA ACTITUD CRISTIANA ANTE LAS FALTAS
REITERADAS DE NUESTRO PRÓJIMO Y DE NOSOTROS CON ELLOS?
El Evangelio de hoy, nos viene a tratar un tema importante en la vida de todo cristiano,
la caridad, la misericordia, la compasión, la piedad, para ello, ¿Cuál debe de ser la
actitud cristiana ante las faltas reiteradas de nuestro prójimo y de nosotros con ellos?
La vida está llena de reincidencias en culpas perdonadas, entonces ¿a cuantas recaídas
va a estar sometida la voluntad de perdonar? ¿Importa el número?, ¿existe la actitud
sincera de perdón ante Dios?
2. SEÑOR, ¿CUÁNTAS VECES TENDRÉ QUE PERDONAR A MI HERMANO?
Pedro, plantea la pregunta a Jesús: "Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi
hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?". Es un número simbólico y la
pregunta de Pedro es equivalente a saber si tiene que perdonar siempre.
¿Por qué poner límites?, la caridad, el amor no tiene limites, siete es un número
indefinido, Jesús le respondió: "No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces
siete”, esto es, un rechazo de plano a la limitación agregándole un número simbólico
aún más indefinido.
3. SEAN MUTUAMENTE BUENOS Y COMPASIVOS, PERDONÁNDOSE
Pablo nos recuerda: “Sean mutuamente buenos y compasivos, perdonándose los unos a
los otros, como Dios los perdonó en Cristo” (Ef 4,32). Esto es, los cristianos debemos
perdonarnos siempre, no algunas veces. Pero además Pablo nos dice: Sean
mutuamente buenos, invitándonos a tener actitud de buenos, humanos, caritativos,
exentos de rencor y le agrega compasivos, es decir piadosos y misericordiosos, porque
cuando pecamos u ofendemos y nos arrepentimos, nuestro corazón se colma de paz
cuando encontramos comprensión, del mismo modo, si vemos a alguien arrepentido y
que por ello sufre, lo natural es que nazca en nosotros sentimientos de pena y lástima
por la desgracia o por el sufrimiento de nuestro hermano. Ese es el corazón que el
Señor necesita para ser buenos y compasivos . Es así como debemos perdonamos
siempre y, como Dios nos perdona a nosotros.
4. ES INDISPENSABLE EL PERDÓN.
Es así, como para que la caridad siempre este viva y reine entre nosotros, es
indispensable el perdón. ¿Pero de cualquier tipo de faltas?, ¿También las injurias?
Jesús rechaza las limitaciones que quiso poner Pedro, para destacar aún más la
necesidad de perdonar y sin límites, nos pide perdonar siempre de corazón. Lo mismo lo
exige para el amor, cuando uno ama, ama de verdad, de todo corazón, sin límite y
siempre. Así es nuestro Dios Padre con nosotros, así nos ha enseñado, y así debemos
ser y actuar, pero no solo perdonar a nuestro prójimo de corazón, además rogar por él,
desearle todo bien y hacer que llegue la paz, por sobre cualquier dificultad.
5. "PÁGAME LO QUE ME DEBES".
Luego, para ilustrar mejor su enseñanza, Jesús no enseña una parábola muy hermosa,
de aquel servidor que debía diez mil talentos y que se arroja a los pies de su rey
diciéndole: "Dame un plazo y te pagaré todo". El rey se compadece y lo deja ir y le
perdona la deuda, sin embargo al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros
que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: "Págame lo
que me debes". El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: "Dame un plazo y te pagaré la
deuda". Pero él no quiso y se comporta si ninguna misericordia, al contrario lo encarceló
hasta que pagara lo que debía. A nosotros no llega al corazón esta parábola, porque
nos damos cuenta de la falta de generosidad de aquel que había recibido la
benevolencia y la comprensión y luego el se la niega a un hermano.
6. LO ENTREGÓ EN MANOS DE LOS VERDUGOS HASTA QUE PAGARA TODO
LO QUE DEBÍA.
Es así como luego al enterarse el rey lo mandó llamar y le dijo: "¡Miserable!" e
indignado, lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
Esa es la gran diferencia que quiere destacar Jesús y nos pone en contrastes la
generosidad de Dios, que nos perdona grandes deudas, contra la mezquindad de los
hombres, el cual muchas veces ni siquiera quiere perdonar pequeñísimas cosas. Y no
deja de se cierto la gran diferencia de nuestros pecados contra Dios y la de algunos
contra nosotros que comete nuestro prójimo o nosotros contra ellos, por eso Jesús
destaca que el servidor debía diez mil y a el tan solo cien.
7. DIOS NO NOS PERDONARÁ, SI NOSOTROS NO PERDONAMOS
Pero debemos tener muy en cuenta, que al final de este Evangelio, Jesús nos dice “Lo
mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus
hermanos". Esta deducción es muy clara, Dios no nos perdonará, si nosotros no
perdonamos. ¿Es justo esto?, lo que no es justo es que nosotros pidamos perdón, Dios
nos conceda misericordia (Perdona nuestras deudas…), y nosotros no seamos capaces
de perdonar (...asi como nosotros perdonamos a los que nos ofenden)
El Señor les Bendiga