XXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO B
LA VERDADERA HONRADEZ
La Palabra: “Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale
de dentro es lo que hace impuro al hombre” (evangelio).
1. El evangelio de hoy tiene un contexto bien preciso. En aquella sociedad judía
muchos cifraban la honradez de las personas en el cumplimiento de unas normas
sociales y de unos ritos religiosos. La persona que no entraba por ahí, era declarada
impura y sin ningún derecho fuera de ser despreciada.
2. Jesús dice que la conducta honrada no depende solo de afiliaciones políticas o
cumplimientos religiosos, sino de los sentimientos buenos y prácticas de justicia
que salen del corazón. Es digna de reconocimiento la persona que, siguiendo la voz
de su conciencia, trata de poner en práctica esos buenos sentimientos a la hora de
tejer su vida y de relacionarse con los demás.
3. En todos los ámbitos –social, político y religioso– hay posiciones dominantes con
sus normas y sus ritos. Nada que objetar en principio. Pero el sometimiento forzoso
a esas normas y a esos ritos no garantizan la honradez de las personas. Con
frecuencia, obligadas por coacción externa, tienen que observar una conducta que
no responde a lo que ellas piensan y en consecuencia es una conducta antihumana.
Impura, sin honradez y sin dignidad. El evangelio deja bien claro que debemos salir
de este fariseísmo.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net