XXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO B
QUE TODOS TOMEN LA PALABRA
La Palabra: “Presentaron a Jesús un sordo que además no podía hablar”. Jesús le
curó y “al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la lengua y hablaba sin
dificultad” (evangelio).
1. Hay otro relato evangélico parecido: Jesús se encontró con un ciego de
nacimiento; y las autoridades religiosas judías de aquel tiempo, que también tenían
el poder sobre la sociedad, estaban empeñadas en que el ciego no viera. Pero
Jesús, haciendo con saliva un poco de barro y evocando así el gesto de la creación,
le ungió los ojos, y el ciego comenzó a ver, siendo él mismo: “soy yo”.
2. Hombres y mujeres hemos sido creados libres, hemos sido puestos en manos de
nuestra propia decisión. Venir a este mundo significa tomar la palabra y decirla con
voz propia. Cualquier organización política o religiosa que ignore o sofoque esta
vocación del ser humano, debe ser descartada.
3. La conducta de Jesús tuvo una manifestación muy singular: dar luz a los ciegos,
poner en pie a los paralizados, levantar a los silenciados y excluidos. Cualquier
política que no incluya en su programa esa preocupación, no tiene porvenir. Y
tampoco puede ser bendecida cualquier religión que genere o permita que las
personas humanas se vean privadas de ese derecho.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net