Master·evangeli.net
Día litúrgico: Domingo XX (B) del tiempo ordinario
Texto del Evangelio ( Jn 6,51-58): En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «Yo
soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el
pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo». Discutían entre sí los
judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En
verdad, en verdad os digo: () El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece
en mí, y yo en él ().
Comentario: Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)
La Eucaristía nos hace "cristiformes"
Hoy escuchamos un fragmento del discurso eucarístico de Jesucristo sobre el Pan
de Vida. Los judíos se escandalizan oyendo que han de comer la Carne y beber la
Sangre de Jesús: canibalismo, tabú de beber sangre, signo y portadora de vida
Pero Jesús insiste, pues se trata de su tesis magistral.
La Eucaristía es la gran invención del Hijo de Dios para quedarse entre nosotros y
alimentar nuestra vida. Pero hay una diferencia remarcable entre el alimento
espiritual y el material. Éste se transforma en quien come. La Eucaristía en cambio,
siendo manjar divino, obra al revés: es Cristo quien nos transforma y asimila a Él.
Jesús, te doy gracias por la Eucaristía, por hacerte mi alimento: así no desfallezco
en mi camino. Dame hambre y sed de ti, para comer con “apetito”. Dame un
corazón limpio, para que tu Cuerpo y tu Sangre me “aprovechen”. Tú eres el único
que puede saciarme.
“servicio brindado por el http://evangeli.net/evangelio”. Con permiso a
homiletica.org