Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 20, Martes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Eres hombre y no dios; te creías listo como los dioses *
Yo doy la muerte y la vida. * Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una
aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios.
Textos para este día:
Ezequiel 28, 1-10:
Me vino esta palabra del Señor: "Hijo de Adán, di al príncipe de Tiro:
"Así dice el Señor: Se hinchó tu corazón, y dijiste: 'Soy Dios, entronizado en solio
de dioses en el corazón del mar', tú que eres hombre y no dios; te creías listo como
los dioses.
¡Si eres más sabio que Daniel!; ningún enigma se te resiste. Con tu talento, con tu
habilidad, te hiciste una fortuna; acumulaste oro y plata en tus tesoros. Con agudo
talento de mercader ibas acrecentando tu fortuna, y tu fortuna te llenó de
presunción.
Por eso, así dice el Señor: Por haberte creído sabio como los dioses, por eso traigo
contra ti bárbaros pueblos feroces; desenvainarán la espada contra tu belleza y tu
sabiduría, profanando tu esplendor.
Te hundirán en la fosa, morirás con muerte ignominiosa en el corazón del mar.
Tú, que eres hombre y no dios, ¿osarás decir: 'Soy Dios', delante de tus asesinos,
en poder de los que te apuñalen? Morirás con muerte de incircunciso, a manos de
bárbaros. Yo lo he dicho."" Oráculo del Señor.
Deuteronomio 32:
Yo pensaba: "Voy a dispersarlos / y a borrar su memoria entre los hombres." / Pero
no; que temo la jactancia del enemigo / y la mala interpretación del adversario. R.
Que diría: "Nuestra mano ha vencido, / no es el Señor quien lo ha hecho." / Porque
son una nación que ha perdido el juicio. R.
¿Cómo es que uno persigue a mil, / y dos ponen en fuga a diez mil? / ¿No es
porque su Roca los ha vendido, / porque el Señor los ha entregado? R.
El día de su perdición se acerca, / y su suerte se apresura. / Porque el Señor
defenderá a su pueblo / y tendrá compasión de sus siervos. R.
Mateo 19, 23-30:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Creedme; difícilmente entrará un rico
en el Reino de los cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de
una aguja, que a un rico entrar en el Reino de los cielos". Al oírlo, los discípulos
dijeron espantados: "Entonces, ¿quién puede salvarse?" Jesús se les quedó mirando
y les dijo: "Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo". Entonces le
dijo Pedro: "Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va
a tocar?" Jesús les dijo: "Creedme, cuando llegue la renovación, y el Hijo del
hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis
seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que
por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre y madre, mujer, hijos o tierras,
recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos,
y muchos últimos serán primeros".
Homilía
Temas de las lecturas: Eres hombre y no dios; te creías listo como los dioses *
Yo doy la muerte y la vida. * Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una
aguja, que a un rico entrar en el Reino de Dios.
1. Final Estrepitoso de un Falso Dios
1.1 Hay dentro de nosotros una serie de anhelos ilimitados que hacen que
deseemos ser como dioses. Por algo la serpiente tentó a Eva ofreciendo que la
desobediencia haría que fuéramos como el único Dios (véase Gén 3,5).
1.2 Ese anhelo se ve frenado cuando nuestra voluntad se ve frenada. Precisamente
en cuanto descubrimos que no todos nuestros deseos se cumplen descubrimos
también que no somos dioses sino creaturas de Dios. Según eso, las limitaciones,
sean de poder, dinero, salud, afecto o de otro orden traen una bendición inmensa e
irremplazable: nos dejan descubrir la verdad fundamental de nuestro propio ser.
1.3 Por lo mismo, es claro que, cuando las condiciones de vida de una persona le
invitan a sentirse tan fuerte, segura, bella y sabia como para no necesitar nada que
no pueda conseguir, es fácil que se endiose implícita o incluso explícitamente, como
pasa en la primera lectura de hoy en el ejemplo del rey de Tiro. Uno ve que es una
terrible desgracia la que se avecina a quien vive engañado a la manera como él
vivía: nada puede esperar sino el pánico de ver caer la máscara y sentirse arrojada
a un abismo de absurdo y desprecio, algo así como el infierno.
1.4 La cura para no llegar a tan lamentable estado es lo que Jesús propone en las
bienaventuranza, cuyo lenguaje es tan extraño como hermoso y sabio: los
"pobres", los que "lloran", los "perseguidos" son en realidad los bendecidos y
bienaventurados porque están infinitamente cerca de percibir la verdad de la
majestad de Dios, único Creador y Salvador.
2. El camello y la aguja
2.1 La parte que personalmente más disfruto del santo evangelio del día de hoy es
aquello del asombro de los discípulos ante el provocador comentario de Cristo. Dice
Nuestro Señor que "difícilmente entrará un rico en el Reino de los cielos", y ellos
exclaman impresionados: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?". Creo que es bien
interesante lo que queda implícito en esa pregunta de estos hombres, que
ciertamente no eran ningunos ricos.
2.2 Pienso que a partir de las lecturas debemos entender que los discípulos sentían
que los ricos estaban más cerca de la salvación. Y pienso que el comentario de
Cristo vino ante todo a sacarlos de esa idea. Ellos hablan con este razonamiento de
base: "se supone que los ricos están próximos a salvarse; pero si ahora resulta que
ellos difícilmente entran en el Reino, ¿qué habrá que decir de todos nosotros, los
demás?".
2.3 Es claro que Jesús no tiene nada contra los ricos por ser ricos. Es claro sobre
todo, porque, cuando los discípulos dicen lo que dicen, Cristo no replica: "No os
preocupéis; los ricos se van a condenar, pero los pobres se van a salvar". No es ese
el objetivo del discurso del Señor. En cambio de esa frase de corte "lucha de clases"
lo que él dice iguala a todos los seres humanos en la indigencia de la salvación.
Esto es lo que dice: "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es
posible". En esto entendemos que Cristo sobre todo quiere anunciar la gratuidad de
la salvación; lo cual, ciertamente implica que, en la medida en que alguien se
considere salvado, por sus riquezas, por ejemplo, más difícil hace su propia entrada
en la lógica de la gracia.
Fr. Nelson Medina, O.P.