EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Lunes de la vigésima semana del tiempo ordinario
Libro de Ezequiel 24,15-24.
La palabra del Señor me llegó en estos términos:
Hijo de hombre, yo voy a arrebatarte de golpe la delicia de tus ojos, pero tú no te
lamentarás, ni llorarás, ni derramarás lágrimas.
Suspira en silencio, no hagas ninguna clase de duelo, cíñete el turbante, cálzate con
sandalias, no te cubras la barba ni comas pan de duelo.
Yo hablé al pueblo por la mañana, y por la tarde murió mi esposa; y a la mañana
siguiente hice lo que se me había ordenado.
La gente me dijo: "¿No vas a explicarnos qué significa lo que haces?".
Yo les dije: Las palabra del Señor me llegó en estos términos:
Di a la casa de Israel: Así habla el Señor: Yo voy a profanar mi Santuario, el orgullo
de su fuerza, la delicia de sus ojos y la esperanza de sus vidas. Los hijos y las hijas
que ustedes han dejado, caerán bajo la espada,
y ustedes harán lo mismo que yo: no se cubrirán la barba, no comerán el pan de
duelo,
no se quitarán el turbante de la cabeza ni las sandalias de los pies, no se
lamentarán, ni llorarán, sino que se consumirán a causa de sus culpas y gemirán
unos con otros.
Ezequiel habrá sido para ustedes un presagio: ustedes harán lo mismo que él hizo,
y cuando esto suceda sabrán que yo soy el Señor.
Deuteronomio 32,18-19.20.21.
Así despreciaste a la Roca que te engendró,
olvidaste al Dios que te hizo nacer.
Al ver esto, el Señor se indignó
y desechó a sus hijos y a sus hijas.
Entonces dijo: Les ocultaré mi rostro,
para ver en qué terminan.
Porque son una generación perversa,
hijos faltos de lealtad.
Provocaron mis celos con algo que no es Dios,
me irritaron con sus ídolos vanos;
yo provocaré sus celos con algo que no es un pueblo,
los irritaré con una nación insensata.
Evangelio según San Mateo 19,16-22:
Luego se le acercó un hombre y le preguntó: "Maestro, ¿qué obras buenas debo
hacer para conseguir la Vida eterna?".
Jesús le dijo: "¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el
Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos".
"¿Cuáles?", preguntó el hombre. Jesús le respondió: "No matarás, no cometerás
adulterio, no robarás, no darás falso testimonio,
honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo".
El joven dijo: "Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?".
"Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los
pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme".
Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.
comentario del Evangelio por
Relato de tres compañeros de San Francisco de Asís (hacia 1244)
§ 27-29
“La alegría del desprendimiento espiritual”
Un día, Messire Bernard se acercó en secreto a Francisco que entonces
todavía no tenía ningún compaero. “Hermano, dice Bernardo, por amor de mi
Señor, quien me los ha confiado, quiero distribuir todos mis bienes de la manera
que tú juzgues más conveniente.” Francisco respondi: “Maana iremos a la iglesia
y el libro de los evangelios nos dirá de qué manera el Señor instruye a sus
discípulos.” La maana siguiente se levantaron y fueron, junto con otro hombre que
se llamaba Pedro y que también quería ser fraile menor, a la iglesia... Entraron para
orar y como no tenían instrucción y no sabían dónde encontrar la palabra del
evangelio sobre la renuncia del mundo, pedían al Señor que se dignase mostrarles
su voluntad al abrir los evangelios.
Una vez terminada la oración, el bienaventurado Francisco tomó el libro, se
arrodilló delante del altar y lo abrió. En el lugar abierto se presentó el consejo del
Seor: “Si quieres ser perfecto, va, vende todo lo que tienes, dalo a los pobres y
tendrás un tesoro en el cielo.” (Mt 19,21) Al leer esto, el bienaventurado Francisco
se alegró mucho y dio gracias a Dios. Pero, como tenía una gran devoción a la
Santísima Trinidad, quería tener la confirmación por un triple testimonio. Abrió,
pues, el libro de los evangelios por segunda y por tercera vez. En el segundo lugar
encontr: “No llevéis nada por el camino.” (cf Lc 9,3) y en el tercero: “El que quiera
venir en pos de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz de cada día y
me siga.” (Lc 9,23ss) Francisco dijo: “Hermanos, he aquí nuestra vida y nuestra
Regla y la de todos los que querrán juntarse a nuestro grupo. Id, y lo que habéis
comprendido, ponedlo en práctica.”
Bernardo, que era muy rico, se fue: vendió todo lo que poseía, reunió una
gran cantidad de dinero y lo distribuyó todo entre los pobres de la ciudad... A partir
de aquella hora, los tres vivieron según la Regla del santo evangelio que el Señor
les había mostrado. Esto es lo que dice el bienaventurado Francisco en su
testamento: “El mismo Seor me ha revelado que debía vivir según el santo
evangelio.”
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