Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 20, Sábado
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: La gloria del Señor entró en el templo * La gloria del
Señor habitará en nuestra tierra. * No hacen lo que dicen
Textos para este día:
Ezequiel 43, 1-7a:
En aquellos días, el ángel me condujo a la puerta oriental: vi la gloria del Dios de
Israel que venía de oriente, con estruendo de aguas caudalosas: la tierra reflejó su
gloria.
La visión que tuve era como la visión que había contemplado cuando vino a destruir
la ciudad, como la visión que había contemplado a orillas del río Quebar.
Y caí rostro en tierra. La gloria del Señor entró en el templo por la puerta oriental.
Entonces me arrebató el espíritu y me llevó al atrio interior. La gloria del Señor
llenaba el templo.
Entonces oí a uno que me hablaba desde el templo -el hombre seguía a mi lado-, y
me decía: Hijo de Adán, éste es el sitio de mi trono, el sitio de las plantas de mis
pies, donde voy a residir para siempre en medio de los hijos de Israel."
Salmo 84:
Voy a escuchar lo que dice el Señor: / "Dios anuncia la paz / a su pueblo y a sus
amigos." / La salvación está ya cerca de sus fieles, / y la gloria habitará en nuestra
tierra. R.
La misericordia y la fidelidad se encuentran, / la justicia y la paz se besan; / la
fidelidad brota de la tierra, / y la justicia mira desde el cielo. R.
El Señor nos dará la lluvia, / y nuestra tierra dará su fruto. / La justicia marchará
ante él, / la salvación seguirá sus pasos. R
Mateo 23, 1-12:
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo: "En la cátedra
de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos: haced y cumplid lo que os
digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos
lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente a los hombros, pero
ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es
para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto;
les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las
sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame
"maestros". Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es
vuestro Maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a
nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis
llamar jefes, porque uno solo es vuestro Señor, Cristo. El primero entre vosotros
será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será
enaltecido.
Homilía
Temas de las lecturas: La gloria del Señor entró en el templo * La gloria del
Señor habitará en nuestra tierra. * No hacen lo que dicen
1. El lugar de la gloria
1.1 La primera lectura pone en primer plano un concepto que es central en la
profecía de Ezequiel: la gloria de Dios.
1.2 Se trata de una realidad que es casi física: brilla, zumba, pesa. Su llegada es
avasalladora, como la de la majestad llevada a su más alto grado. Es sobre todo
como un recordatorio de la distancia infinita que separa nuestra contingencia de la
solidez de Dios en su ser. Ante él se devela toda nuestra fragilidad, finitud,
sordidez.
1.3 Ezequiel pertenece a familia sacerdotal y por eso tiene una sensibilidad delicada
y honda cuando se trata del culto a Dios. Varios pasajes muestran su
desaprobación, que raya en asco, cuando se trata de la vida hipócrita y comodona
de los sacerdotes y los jefes, es decir, los "pastores" del pueblo de Dios.
1.4 Es natural entonces que conciba la restauración de la alianza como el acto
supremo del culto, es decir, como el camino de dar la gloria a Dios de modo pleno,
cumplido y sincero. Natural también que sienta que el templo es el sitio donde la
gloria de Dios "habita" y desde el cual "reina." Esto es interesante notarlo porque a
veces se cree que los profetas oponían de manera absoluta el culto y la justicia,
como si una condición para practicar la justicia fuera olvidarse o menospreciar el
culto. Ezequiel muestra que desde una sensibilidad litúrgica y cúltica muy profunda
brota un mensaje de fuerza impetuosa para renovar la vida entera del pueblo de
Dios.
2. Los falsos maestros
2.1 El evangelio nos presenta en labios de Jesús lo que no es un maestro, es decir,
cómo es que NO se sirve a Dios. Esta enseñanza es especialmente útil para quienes
tienen o tenemos un servicio de predicación o pastoreo en medio del pueblo de
Dios: ya el Señor nos muestra bien qué es lo que él detesta y por qué lo rechaza.
2.2 En realidad se trata de tres cosas: la primera y más evidente es la hipocresía,
que se sintetiza en la frase: "todo lo hacen para que los vea la gente."
2.3 Lo segundo es la opresión al pobre, expresado en aquello: "lían cargas
insoportables." De fondo esta opresión es una desfiguración de la ley, que en
principio debería servir para traer vida.
2.4 Lo tercero es la incoherencia, según la recomendación "hagan lo que dicen pero
no lo que hacen." Tal consejo contiene implícito el dolor por una vida que tiene
suficiente verdad para pronunciar pero muy poca verdad para vivir.
Fr. Nelson Medina, O.P.