Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 21, Lunes
------------------------------------
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: El Señor sea glorificado en vosotros, y vosotros en él *
Contad las maravillas del Señor a todas las naciones. * ¡Ay de vosotros, guías
ciegos!
Textos para este día:
2 Tesalonicenses 1, 1-5. 11b-12:
Pablo, Silvano y Timoteo a los tesalonicenses que forman la Iglesia de Dios, nuestro
Padre, y del Señor Jesucristo.
Os deseamos la gracia y la paz de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
Es deber nuestro dar continuas gracias a Dios por vosotros, hermanos; y es justo,
pues vuestra fe crece vigorosamente, y vuestro amor, de cada uno por todos y de
todos por cada uno, sigue aumentando.
Esto hace que nos mostremos orgullosos de vosotros ante las Iglesias de Dios,
viendo que vuestra fe permanece constante en medio de todas las persecuciones y
luchas que sostenéis.
Así se pone a la vista la justa sentencia de Dios, que pretende concederos su reino,
por el cual bien que padecéis.
Nuestro Dios os considere dignos de vuestra vocación, para que con su fuerza os
permita cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; para que así Jesús, nuestro
Señor, sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de Dios y del
Señor Jesucristo.
Salmo 95:
Cantad al Señor un cántico nuevo, / cantad al Señor, toda la tierra; / cantad al
Señor, bendecid su nombre. R.
Proclamad día tras día su victoria. / Contad a los pueblos su gloria, / sus maravillas
a todas las naciones. R.
Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza, / más temible que todos los
dioses. / Pues los dioses de los gentiles son apariencia, / mientras que el Señor ha
hecho el cielo. R.
Mateo 23, 13-22:
En aquel tiempo habló Jesús diciendo: "¡Ay de vosotros, letrados y fariseos
hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los cielos! Ni entráis vosotros, no
dejáis entrar a los que quieren. ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que
devoráis los bienes de las viudas con pretexto de largas oraciones! Vuestra
sentencia será por eso más severa. ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas,
que viajáis por tierra y mar para ganar un prosélito, y cuando lo conseguís, lo
hacéis digno del fuego el doble que vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que
decís: "Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga"! ¡Necios
y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro? O también: "Jurar
por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga". ¡Ciegos!
¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar,
jura también por todo lo que está sobre él; quien jura por el templo, jura también
por el que habita en él; y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y también
por el que está sentado en él".
Homilía
Temas de las lecturas: El Señor sea glorificado en vosotros, y vosotros en él *
Contad las maravillas del Señor a todas las naciones. * ¡Ay de vosotros, guías
ciegos!
1. Saludo a Una Comunidad Cristiana
1.1 La primera lectura de hoy, tomada del comienzo de la Segunda Carta de San
Pablo a los fieles de Tesalónica, es un precioso testimonio de las relaciones de fe y
amor que sirvieron de contexto en el nacimiento de las primeras comunidades
cristianas. Examinemos un poco qué aparece ahí porque estas palabras no son
puras fórmulas de cortesía.
1.2 Comenta Santo Tomás de Aquino que los deseos de "gracia" y "paz" que escribe
el apóstol son como el resumen de toda la vida espiritual, porque todo empieza en
la gracia y todo culmina en el don estimable de la paz. El deseo de gracia nos
recuerda que todo ha llegado como un regalo para nosotros, porque su precio fue
pagado con amor en la Cruz; el deseo de paz nos recuerda que ningún bien falta a
los que acogen ese amor en sus vidas.
1.3 Pablo por una parte reconoce el camino recorrido, pues escribe: "nos
mostramos orgullosos de ustedes ante las comunidades cristianas de Dios, y de la
constancia y de la fe que ustedes tienen en todas las persecuciones y tribulaciones
que están sufriendo." Sin embargo, no considera concluida su tarea de apóstol ni
les hace creer a ellos que ya están en la plenitud del Reino, sino que los invita a
crecer y prosperar: "Oramos siempre por ustedes, para que Dios los haga dignos de
la vocación a la que los ha llamado, y con su poder lleve a efecto tanto los buenos
propósitos que han formado." Sus palabras, pues, se dirigen al presente de una
comunidad que tiene un fundamento que viene del pasado y que se abre a una
perspectiva de futuro.
1.4 Queda claro entonces que los cristianos somos peregrinos. Hay una
consumación a la que aquí se alude discretamente pero que ocupará más espacio
en el cuerpo de esta misma Carta. Pablo escribe, en efecto: "En el justo juicio de
Dios, (ustedes) serán considerados dignos de su Reino, por el cual ahora padecen."
Brillan así la fe como cimiento que viene del pasado, el amor como norma del
presente y la esperanza como horizonte de futuro .
2. Polémica de Jesús con las Autoridades Judías de su Tiempo
2.1 El evangelio de hoy, por su parte, tiene un tono muy fuerte: son palabras de
Jesús que desenmascaran las pretensiones de autoridad de dos grupos fuertes e
influyentes de la sociedad judía de su tiempo: los escribas y los fariseos. Los
escribas se ufanaban de conocer en profundidad la Escritura y los fariseos tenían su
orgullo en practicar mejor que nadie los preceptos allí descritos.
2.2 La palabra clave de toda la invectiva de Nuestro Señor es "hipócritas." Los
fariseos y los escribas no son como parecen, no son como se muestran, no son
como quieren ser vistos, no son como lo que enseñan: están rotos y su virtud es
pura fachada. Seguirlos es volverse como ellos y eso implica perder la capacidad de
gozarse en la Buena Nueva de salvación.
2.3 Esto es importante destacarlo: si Jesús denuncia a los escribas y fariseos no es
por buscar la importancia o la fama o el poder que ellos detentan. No los fustiga por
el hecho de ser pecadores sino porque su pecado los hace ciegos para ver el
anuncio de gracia que trae el mismo Jesús. Además, su orgullo vano no sólo los
paraliza a ellos sino que los convierte en obstáculo para que otros crean.
2.4 Esta reflexión nos ayuda a entrar un poco en la intención de Jesucristo: no es
denunciar por el gusto de hacerlo, ni por hacer alarde de independencia o por ganar
multitudes a su favor. Cristo denuncia porque ama. Es el amor que tiene a sus
enemigos lo que lo mueve a quitar con vigor inusitado los obstáculos que no se van
a quitar de otro modo. Y esos obstáculos son ante todo la soberbia, la mentira y el
desprecio a los pequeños. De todo esto aprendemos cuánto detesta Dios estas
faltas y cuánto hemos de evitarlas para recibir con gozo y gratitud el don que él nos
ofrece.
Fr. Nelson Medina, O.P.