Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Agosto 27
Memoria de Santa Mónica
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Como el sol que brilla en el cielo del Señor, así es la mujer
bella en su casa bien arreglada * Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu
reinado. * Dios ha visitado a su pueblo
Textos para este día:
Eclesiástico 26, 1-4.16-21:
Dichoso el marido de una mujer buena, se doblarán los años de su vida. La mujer
hacendosa es la alegría de su marido, y él vivirá su vida en paz. La mujer buena es
un tesoro: lo encuentran los que temen al Señor; sean ricos o pobres, estarán
contentos y siempre vivirán con alegría.
La mujer servicial alegra a su marido; la que es cuidadosa le causa bienestar. La
mujer discreta es un don del señor; y la bien educada no tiene precio. La mujer
modesta duplica su encanto y la que es dueña de sí supera toda alabanza.
Como el sol que brilla en el cielo del Señor, así es la mujer bella en su casa bien
arreglada.
Salmo 144:
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, / que te bendigan tus fieles; / que
proclamen la gloria de tu reinado, / que hablen de tus hazañas. R.
Explicando tus hazañas a los hombres, / la gloria y majestad de tu reinado. / Tu
reinado es un reinado perpetuo, / tu gobierno va de edad en edad. R.
El Señor es justo en todos sus caminos, / es bondadoso en todas sus acciones; /
cerca está el Señor de los que lo invocan, / de los que lo invocan sinceramente. R.
Lucas 7, 11-17:
En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naín, acompañado de sus
discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se encontró con
que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda a la que acompañaba
una gran muchedumbre. Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo:
«No llores».
Acercándose al ataúd, lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús
dijo:
«Joven, yo te lo mando: Levántate».
Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo
entregó a su madre. Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a
glorificar a Dios, diciendo:
«Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo»
La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones circunvecinas.
Homilía
Temas de las lecturas: Como el sol que brilla en el cielo del Señor, así es la mujer
bella en su casa bien arreglada * Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu
reinado. * Dios ha visitado a su pueblo
1. La santa de las lágrimas
1.1 Mónica la asociamos con su hijo, el muy famoso san Agustín de Hipona. Si es
verdad que "por sus frutos los conoceréis," como dijo Jesucristo, entonces ya
conocemos bastante de Mónica a través de su preclaro hijo.
1.2 Pero Agustín fue, por decirlo así, dado a luz dos veces. Una, al nacer para este
mundo; otra, al nacer para la fe cristiana. Mónica le dio a luz para esta tierra con
los dolores de su parto; lo dio a luz para la fe con los dolores de su alma, a menudo
fuente de un llanto sincero y profundo.
2. El doble diálogo
2.1 De Mónica aprendemos también que el proceso de ganar almas entraña un
doble diálogo. Hay que hablarle a la gente sobre Dios, pero aún más importante es
hablarle a Dios sobre la gente. Es Él y solamente Él quien tiene poder en los
corazones, y por eso no hemos de sobrestimar la fuerza de las razones, aunque
sean válidas.
2.2 El doble diálogo empezó en realidad con el nacimiento mismo de la Iglesia. Dios
envía a sus apóstoles y junto con ellos envía el Espíritu Santo. La voz de ellos, en lo
exterior, y la voz del Espíritu, que convence por dentro, son las dos voces, son el
doble diálogo que no sólo ganas almas sino que las hace miembros vivos del
Cuerpo de Cristo.
3. Anhelo de eternidad
3.1 Agustín cuenta en sus Confesiones de uno de sus últimos diálogos con su
mamá, Mónica. Lo que brilla en esa conversación es que el centro de la vida de ella
no era él sino Dios. Parece algo trivial pero no lo es: muchos creen que Mónica sólo
vivía para su hijo y en torno a su hijo, y no era así. Si pudo hacerle tanto bien al
hijo es porque amaba más a Dios.
3.2 El anhelo de eternidad es sello muy propio de las almas así enamoradas de
Dios. No es que el mundo no valga, sino que su valor pasa a segundo plano en
cuanto la fuente de todo valor, que es Dios, se muestra como contenido mismo de
la bienaventuranza que no acaba.
Fr. Nelson Medina, O.P.