Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 21, Jueves
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Por él habéis sido enriquecidos en todo * Bendeciré tu
nombre por siempre, Dios mío, mi rey. * Estad preparados
Textos para este día:
1 Corintios 1, 1-9:
Yo Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y Sóstenes,
nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por
Cristo Jesús, a los santos que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar
invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con
vosotros.
En mi acción de gracias a Dios os tengo siempre presentes, por la gracia que Dios
os ha dado en Cristo Jesús. Pues por él habéis sido enriquecidos en todo: en el
hablar y en el saber; porque en vosotros se ha probado el testimonio de Cristo.
De hecho, no carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de
nuestro Señor Jesucristo. Él os mantendrá firmes hasta el final, para que no tengan
de qué acusaros en el día de Jesucristo, Señor nuestro. Dios os llamó a participar
en la vida de su Hijo, Jesucristo Señor nuestro. ¡Y él es fiel!
Salmo 144:
Día tras día, te bendeciré / y alabaré tu nombre por siempre jamás. / Grande es el
Señor, merece toda alabanza, / es incalculable su grandeza. R.
Una generación pondera tus obras a la otra, / y le cuenta tus hazañas. / Alaban
ellos la gloria de tu majestad, / y yo repito tus maravillas. R.
Encarecen ellos tus temibles proezas, / y yo narro tus grandes acciones; / difunden
la memoria de tu inmensa bondad, / y aclaman tus victorias. R.
Mateo 24, 42-51:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Estad en vela, porque no sabéis qué
día vendrá vuestro Señor. Comprended que, si supiera el dueño de casa a qué hora
de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su
casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos
penséis viene el Hijo del Hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el
amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues dichosos ese
criado si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Os aseguro que le confiará
la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando
que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros y a comer y a beber con
los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera llegará el amo y lo hará
pedazos, como se merecen los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de
dientes".
Homilía
Temas de las lecturas: Por él habéis sido enriquecidos en todo * Bendeciré tu
nombre por siempre, Dios mío, mi rey. * Estad preparados
1. Saludo a los Fieles de Corinto
1.1 Así como al entrar a un banquete elegante o un restaurante de clase nos
presentan el menú de lo que vendrá más adelante, así conviene que nos
preparemos para alimentarnos sustanciosamente con la Primera Carta a los
Corintios cuya lectura iniciamos hoy. Aquí nos apoyamos en una notas de estudio
del P. Pedro Ortiz, SJ.
1.2 Corinto es una antigua ciudad griega, situada en el estrecho que une la parte
continental de Grecia con la península del Peloponeso. En el siglo I d.C. estaba
habitada principalmente por excombatientes romanos y por antiguos esclavos
libertados, procedentes de Italia, o por sus descendientes. Era capital de la
provincia de Acaya, y por su posición tanto geográfica como política, tenía una
activa vida comercial, cultural y religiosa. Las referencias de algunos autores
antiguos sobre el extremado desenfreno de sus costumbres no parecen
corresponder a la realidad de entonces. En este aspecto, la situación de Corinto
debía de ser semejante a la de tantos otros puertos del Mediterráneo.
1.3 La comunidad cristiana de Corinto fue fundada por Pablo en su segundo viaje
misionero (cf. Hch 18,1–18), a principios de la década de los 50. Algunos de estos
cristianos procedían del judaísmo, pero la mayoría eran de origen pagano (cf. 1 Cor
12,2). Aunque Pablo permaneció allí año y medio (Hch 18.11), solo pudo poner los
fundamentos de la fe cristiana (cf. 1 Cor 3,6, 10). Más tarde llegaron otros
maestros, entre los cuales Pablo menciona en particular a Apolo (véase 1 Cor 1,12).
1.4 La actividad de algunos de los maestros venidos posteriormente fue ocasión de
que se crearan divisiones y grupos en la comunidad. Por otra parte, la intensa vida
carismática que se desarrolló en la iglesia de Corinto llevó a algunos a creerse
demasiado sabios. Además de todo esto, el pasado pagano de la mayoría de los
cristianos y el contacto inevitable con una sociedad pagana de costumbres
libertinas, así como las diferencias sociales entre los propios miembros de la
comunidad cristiana, dieron lugar a una serie de situaciones y abusos, que Pablo se
vio obligado a corregir.
2. El Mandato de Velar
2.1 Con un lenguaje sumamente gráfico Jesús apremia a todos con el mandamiento
de velar. Es muy interesante ver que él mismo, siendo quien es, se compara a un
ladrón, en el texto del evangelio que hoy hemos leído. Y en este género de
comparación no estamos ante un hecho insólito en los evangelios, pues muchas
veces Jesús opta por presentar a Dios no como es en sí mismo sino como cada cual
lo percibe. ¿Recordamos, por ejemplo, esa vez en que habla de Dios comparándolo
en cierta manera con un juez injusto al que una pobre viuda tiene que insistirle una
y otra vez (Lc 18,3-7)? Dios no ES un juez injusto, pero a quien sufre y no se siente
escuchado LE PUEDE PARECER que Dios es así, y Jesús opta continuamente por
situarse "del lado del cliente", no del lado de la teoría o de "la verdad en sí misma".
2.2 En el caso presente, hay que decir que Dios parece un ladrón para quien se
siente tan dueño de su vida, su tiempo y sus cosas, que no quiere perderlos jamás.
Para el que quiere vivir mil años, Dios es un ladrón de años. Para el que quiere
disfrutar todos los placeres, Dios sólo puede ser un ladrón de placeres. Para el que
quiere gozarse de la creación para siempre, estorba el llamado del Creador.
2.3 Notemos que en todos los casos en que Dios parece un ladrón es porque el
hombre ha querido sentirse "dueño". La clave en el discurso de Jesús está en esto:
no te sientas dueño y no verás en Dios un ladrón. Siéntete siervo, siervo amado,
siervo fiel, siervo en el que se puede confiar, y descubrirás un Dios que te otorga el
don de su amor y de su confianza.
Fr. Nelson Medina, O.P.