Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 21, Viernes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los
hombres, pero para los llamados a Cristo, sabiduría de Dios * La misericordia del
Señor llena la tierra. * ¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!
Textos para este día:
1 Corintios 1, 17-25:
Hermanos: No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con
sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
El mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para
los que están en vías de salvación-para nosotros- es fuerza de Dios.
Dice la Escritura: "Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los
sagaces." ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el sofista de
nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo?
Y como, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la
sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los
creyentes.
Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros
predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los
gentiles; pero para los llamados a Cristo -judíos o griegos-, un Mesías que es fuerza
de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y
lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Salmo 32:
Aclamad, justos, al Señor, / que merece la alabanza de los buenos. / Dad gracias al
Señor con la cítara, / tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R.
Que la palabra del Señor es sincera, / y todas sus acciones son leales; / él ama la
justicia y el derecho, / y su misericordia llena la tierra. R.
El Señor deshace los planes de las naciones, / frustra los proyectos de los pueblos,
/ pero el plan del Señor subsiste por siempre, / los proyectos de su corazón, de
edad en edad. R.
Mateo 25, 1-13:
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se
parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas,
se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las
lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A
medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se
despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las
necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos
apagan las lámparas". Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante
para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis".
Mientras iban a comprarlo llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron
con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las
otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos". Pero él respondió: "Os lo
aseguro: no os conozco". Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora".
Homilía
Temas de las lecturas: Predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los
hombres, pero para los llamados a Cristo, sabiduría de Dios * La misericordia del
Señor llena la tierra. * ¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!
1. La Locura de la Cruz
1.1 He escuchado algunas veces que los milagros por una parte, y la maravillosa
coherencia y lógica de la doctrina católica, por la otra, son dos argumentos muy
fuertes a favor de la verdad de la fe que profesamos. La primera lectura de hoy
puede llevarnos a revaluar esa opinión, no porque sea mentira nuestra fe, desde
luego, sino porque su mayor fuerza se encuentra en otro lugar.
1.2 San Pablo conocía bien la realidad de los fieles de Corinto. Tratándose de un
puerto en el centro mismo del mundo griego, los corintios se veían sometidos a un
bombardeo constante de todo tipo de religiones, cultos y sistemas de filosofía.
Obviamente, cada predicador de cada religión hacía el oficio de "vender" sus ideas
y de ponderarlas como las más sabias o más fuertes. El apóstol de Cristo llegó a
ese ambiente lleno de oportunidades, pero también ávido de embustes y
novedades, y allí anunció un mensaje radicalmente distinto: más que una sabiduría
es una locura; más que un portento es un escándalo. Pablo habló de la Cruz y sobre
ella fundamentó toda su obra de evangelización en Corinto.
1.3 La sabiduría de buen recibo para los oídos griegos, y luego para nuestros oídos
occidentales, es aquella que por su belleza y profundidad acaricia la inteligencia y
otorga poder, es decir, aumenta el señorío sobre las cosas y las personas. La
sabiduría que Pablo anuncia, en cambio, causa repulsión y extrañeza: habla de un
Mesías vestido de derrota, un Cristo puesto en manos de sus enemigos, demasiado
débil y aparentemente ineficaz e inútil.
1.4 Y sin embargo, la fealdad y el absurdo de la Cruz tienen un mensaje que es
más bello que la más bella teoría: el mensaje del amor hasta el extremo. La
inutilidad y la impotencia del Crucificado tienen una fuerza mayor que el más
espléndido milagro: la fuerza de la compasión como método y de la misericordia
como ley que rescata la de vida.
2. Prepararse para despertar
2.1 La invitación de Jesús es clara: "Estén, pues, preparados, porque no saben ni el
día ni la hora" (Mt 25,13). En esta parábola en particular Cristo admite que hay una
especie de sueño que nos envuelve a todos, porque la diferencia entre unas y otras
doncellas no está en que unas durmieron y otras no. Lo que las diferencia no es en
este caso el sueño sino cómo se dispusieron para la hora del banquete, es decir:
cómo prepararon su despertar.
2.2 Algunas simplemente no prepararon su despertar. El cansancio, el hastío o la
oscuridad de la noche les ganaron y ellas pasivamente entregaron al sueño sin
pensar qué podría suceder después. Otras en cambio, aunque sintieran que la
noche les podía vencer, hicieron acopio de aceite, de modo que al despertar
pudieran contar con algo para vencer a la noche. Es un asunto de conciencia: unas
fueron conscientes de que podían dormirse, y tomaron medidas al respecto; otras
sencillamente se dejaron ganar del sueño.
2.3 Para nosotros, ¿qué es preparar el despertar? Depende de qué sueño estemos
hablando. Uno puede pensar en el sueño de la muerte, cosa que suena muy
concorde con el tono escatológico de estos capítulos finales del evangelio de Mateo.
Quienes se dejan llevar por este sueño son quienes extinguen su mirada sobre este
mundo como si nada realmente fuera a suceder después. Quienes, por el contrario,
son previsivos, guardan aceite, que es una manera de guardar luz. Aunque su
cuerpo sea vencido por el sueño, hay un poco de luz que no duerme con ellos. ¿Qué
luz estamos guardando? ¿Qué puede alumbrar en nosotros cuando ya nos hayamos
dormido, esto es, cuando ya la muerte nos haya sometido a su poder?
Fr. Nelson Medina, O.P.