Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Ciclo B, Tiempo Ordinario,
Domingo de la Semana No. 22
--------------------------------------
Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: No añadáis nada a lo que os mando. . ., así cumpliréis los
preceptos del Señor. * Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda? * Llevad a la
práctica la palabra * Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la
tradición de los hombres.
Textos para este día:
Deuteronomio 4, 1-2. 6-8:
Moisés habló al pueblo, diciendo: - "Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos
que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar posesión de la tierra que
el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. No añadáis nada a lo que os mando
ni suprimáis nada; así cumpliréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os
mando hoy. Ponedlos por obra, que ellos son vuestra sabiduría y vuestra
inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos,
dirán:"Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente."Y, en efecto,
¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor
Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos
mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy os doy?"
Salmo 14:
El que procede honradamente / y practica la justicia, / el que tiene intenciones
leales / y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo / ni difama al vecino, / el que considera
despreciable al impío / y honra a los que temen al Señor. R.
El que no presta dinero a usura / ni acepta soborno contra el inocente / El que así
obra nunca fallará. R
Santiago 1, 17-18. 21b-22.27:
Mis queridos hermanos: Todo beneficio y todo don perfecto viene de arriba, del
Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra. Por propia
iniciativa, con la palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la
primicia de sus criaturas. Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es
capaz de salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos
a vosotros mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es ésta:
visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos con este
mundo.
Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23:
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de
Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin
lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse
antes las manos restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al
volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas
tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.) Según eso, los fariseos y los escribas
preguntaron a Jesús "¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no
siguen la tradición de los mayores"? Él contesto: / "Bien profetizó Isaías de
vosotros, hipócritas, como está escrito: / "Este pueblo me honra con los labios, /
pero su corazón está lejos de mí. / El culto que me dan está vacío, / porque la
doctrina que enseñan / son preceptos humanos." / Dejáis a un lado el
mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres." Entonces llamó
de nuevo a la gente y les dijo: "Escuchad y entended todos: Nada que entre de
fuera puede hacer la hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro
al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos,
las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes,
desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de
dentro y hacen al hombre impuro."
Homilía
Temas de las lecturas: No añadáis nada a lo que os mando. . ., así cumpliréis los
preceptos del Señor. * Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda? * Llevad a la
práctica la palabra * Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la
tradición de los hombres.
1. El mal viene de dentro
1.1 ¿Has visto con cuánta facilidad los niños buscan disculpas a sus equivocaciones
o errores? La palabra "disculpa" alude a quitarse una culpa, pero eso en realidad no
sucede así. La mayor parte de las dis-culpas lo que pretenden es disolver, diluir,
ocultar la culpa, pero no la admiten, ni la reconocen, ni la sanan.
1.2 Estas reflexiones nacen del evangelio de hoy. Jesús se opone a una visión
simple e irresponsable que quiere encontrar las causas de la impureza afuera del
hombre, causando un grave engaño implícito: "por fuera me ensucian pero por
dentro soy limpio". Lo grave, en efecto, de la postura de los fariseos es eso:
mientras miran lo sucio como algo "exterior", se están declarando interiormente
limpios. Y el que se cree limpio no se limpia.
1.3 Eso explica la actitud fuerte, casi punzante, de Jesucristo. Él ha venido
precisamente a traer salud, pureza, verdad. Aquel que ya se considera sano, puro y
verdadero no tiene qué recibir de Jesús. Esto significa que lo que nos puede parecer
simple disgusto o ira de Cristo en realidad es fruto de un amor que no quiere que
nos engañemos ni quiere que perdamos los dones y bendiciones que él ha venido a
traernos y por los que ciertamente entregó hasta su propia sangre.
2. Una palabra para tu vida
2.1 Tanto la primera como la segunda lectura de este domingo nos hablan de un
tema muy hermoso y práctico: la Palabra que Dios nos ha dado pertenece al ámbito
de la vida. No podemos separar la vida de la palabra ni la palabra de la vida.
2.2 El mandamiento no es un capricho; no es la exigencia de un Dios que se
alimenta de ver nuestros rostros desencajados por el esfuerzo. El objetivo del
mandamiento es claro en la Biblia: los israelitas han de practicar la voluntad del
Señor "para que puedan vivir y entren a tomar posesión de la tierra que el Señor,
Dios de sus padres les va a dar", según dice la lectura de hoy.
2.3 Y esto es verdad para todo mandato que viene de Dios. Desde la moral sexual
hasta la justicia social el propósito de los mandamientos es que tengamos vida, que
no nos dejemos encadenar por las seducciones que acaban en muerte,
especialmente muerte de los más pobres. Por eso una señal, la gran señal, de la
religión pura es, en palabras del apóstol Santiago, "visitar a huérfanos y viudas en
sus tribulaciones y en guardarse de este mundo corrompido".
Fr. Nelson Medina, O.P.