EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Jueves de la vigésima segunda semana del tiempo ordinario
Carta I de San Pablo a los Corintios 3,18-23.
¡Que nadie se engañe! Si alguno de ustedes se tiene por sabio en este mundo, que
se haga insensato para ser realmente sabio.
Porque la sabiduría de este mundo es locura delante de Dios. En efecto, dice la
Escritura: El sorprende a los sabios en su propia astucia,
y además: El Señor conoce los razonamientos de los sabios y sabe que son vanos.
En consecuencia, que nadie se gloríe en los hombres, porque todo les pertenece a
ustedes:
Pablo, Apolo o Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente o el futuro. Todo es
de ustedes,
pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios.
Salmo 24(23),1-2.3-4ab.5-6.
Salmo de David.
Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella,
el mundo y todos sus habitantes,
porque él la fundó sobre los mares,
él la afirmó sobre las corrientes del océano.
¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor
y permanecer en su recinto sagrado?
El que tiene las manos limpias
y puro el corazón;
el que no rinde culto a los ídolos
ni jura falsamente:
él recibirá la bendición del Señor,
la recompensa de Dios, su Salvador.
Así son los que buscan al Señor,
los que buscan tu rostro, Dios de Jacob.
Evangelio según San Lucas 5,1-11.
En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la
Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret.
Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y
estaban limpiando las redes.
Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un
poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega mar adentro, y echen las redes".
Simón le respondió: "Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado
nada, pero si tú lo dices, echaré las redes".
Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de
romperse.
Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a
ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: "Aléjate de mí,
Señor, porque soy un pecador".
El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de
peces que habían recogido;
y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de
Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "No temas, de ahora en adelante serás pescador
de hombres".
Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.
Comentario del Evangelio por : San Patricio (hacia 385-hacia 461), monje
misionero, obispo Confesión, 38-40
“No temáis, desde ahora os haré pescadores de hombre”
De tal maestro como quien nos enseñó esta oración y con tanto amor y deseo
que nos aprovechase, nunca Dios quiera que no nos acordemos de El muchas veces
cuando decimos la oración, aunque por ser flacos no sean todas. Pues cuanto a lo
primero, ya sabéis que enseña Su Majestad que sea a solas; que así lo hacía El
siempre que oraba, y no por su necesidad, sino por nuestro enseñamiento.
Ya esto dicho se está que no se sufre hablar con Dios y con el mundo, que no
es otra cosa estar rezando y escuchando por otra parte lo que están hablando, o
pensar en lo que se les ofrece sin más irse a la mano; salvo si no es algunos
tiempos que, o de malos humores -en especial si es persona que tiene melancolía-
o flaqueza de cabeza, que aunque más lo procura no puede, o que permite Dios
días de grandes tempestades en sus siervos para más bien suyo, y aunque se
afligen y procuran quietarse, no pueden ni están en lo que dicen, aunque más
hagan, ni asienta en nada el entendimiento, sino que parece tiene frenesí, según
anda desbaratado. Y en la pena que da a quien lo tiene, verá que no es a culpa
suya. Y no se fatigue, que es peor, ni se canse en poner seso a quien por entonces
no le tiene, que es su entendimiento, sino rece como pudiere; y aun no rece, sino
como enferma procure dar alivio a su alma: entienda en otra obra de virtud. Esto
es ya para personas que traen cuidado de sí y tienen entendido no han de hablar a
Dios y al mundo junto.
Lo que podemos hacer nosotros es procurar estar a solas, y plega a Dios que
baste, como digo, para que entendamos con quién estamos y lo que nos responde
el Señor a nuestras peticiones. ¿Pensáis que está callado? Aunque no le oímos, bien
habla al corazón cuando le pedimos de corazón.
(Referencias bíblicas: Ez 38,6; Is 49,6; Hch 1,4; Mt 8,11; Mt 4, 19; Jr 16,16; Lc
5,6; Lc 6,17; Mt 28,19)
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