“Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron”
Lc 5, 1-11:
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Lectio Divina
DE PECADOR A PESCADOR DE HOMBRES
La vocación de los primeros discípulos, con el relieve dado a la figura de Simón Pedro, merece
una ulterior atención. Parece, en efecto, que es posible señalar algunos pasajes que destacan
este peculiar encuentro entre Jesús y Simón Pedro. No será difícil reconocer en ellos algunos
rasgos de nuestra experiencia de vida cristiana.
En primer lugar, un paso de la decepción a la confianza: un experto pescador como Pedro sabe
que después de ciertas noches de pesca no se puede esperar gran cosa. La experiencia
constituye también para nosotros un punto de referencia seguro para nuestras elecciones y
para ciertas decisiones. Sin embargo, Pedro da crédito a la Palabra de Jesús y se confía a su
eficacia.
Del estupor al reconocimiento de su ser pecador: la conciencia de Pedro se ilumina en pleno
día por el contacto vivo con Jesús, y no sólo por el milagro que ha tenido lugar. Es cierto que el
milagro sacude la conciencia y la interpela de un modo drástico, pero la referencia principal y
última se dirige a la persona de Jesús, frente al que Pedro reconoce que es un pobre pecador,
como todos.
De pecador a pescador de hombres: Pedro advierte que Jesús ha entrado en su vida no sólo
para atraerlo hacia sí, sino para ganar, a través de él, a otras personas para la novedad de la
vida cristiana. Su profesión de pescador queda transformada de ahora en adelante.
Del dejarlo todo al seguimiento de Jesús: como leemos con frecuencia en el relato evangélico,
toda vocación se califica no tanto por lo que se deja como por aquel al que uno se adhiere.
También Pedro advirtió esta necesidad y no hizo trampas al tomar su decisión.
ORACION
Oh Señor, me sedujiste y me dejé seducir.
Yo buscaba algo significativo en medio de una vida fácil, pero sin brío, en medio del
aburrimiento mortal de tantos días siempre iguales. Tu amor arcano y misterioso me
atemorizaba y por eso he resistido durante varios años, hasta que una insatisfacción
insoportable me ha plegado a tu irresistible seducción. Me has lanzado a una nueva forma de
vida, manifestándome una misión que, desde ese mismo momento, ha sostenido toda mi vida,
aun en medio de contradicciones paradójicas y situaciones difíciles, imposibles de vivir desde el
punto de vista humano.
Seguirte supuso una maravillosa oportunidad para Pedro, para mí y para todos los que han
sido llamados. En efecto, como afirma Victor Frankl, tener un «porqué en la vida permite hacer
frente a cualquier cómo».