Sr. Cardenal Julio Terrazas Sandoval, CSsR
Arquidiócesis de Santa Cruz, Bolivia
Homilía de S.E. Cardenal Julio Terrazas Sandoval
XXIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B
Catedral de Santa Cruz
Domingo 9 de septiembre de 2012.
Día Nacional del Migrante y Refugiado.
Muy queridos hermanos y hermanas reunidos hoy una vez más para hacer que la
Palabra de nuestro Señor entre en nuestros corazones y en nuestras vidas. Así
vamos a recordar este mes, lo vamos a recordar cariño y agradecimiento a Dios si
se produce algún cambio en nuestro corazón y en nuestra conciencia.
Hoy en la Iglesia de Bolivia queremos orar de manera especial por todos aquellos
migrantes que han salido de Bolivia o que han llegado, es la Jornada de los
Migrantes y de aquellos que buscan refugio en algún lugar para que no se pisotee
su dignidad humana.
También nos vamos a unir también para que esta palabra llegue al corazón de
miles y miles de hermanos que están peregrinando en este día hacia el santuario
del Divino Niño, vamos a ver si esta palabra abre los oídos a todos los creyentes y
suelta la lengua para que hablemos con valentía de lo que queremos.
La Palabra del profeta Isaías es la palabra que la debemos tomar con toda
atención: “digan a los que están desalentados”, es la palabra que quiere
devolver la valentía a los que están tristes y desalentados, aquellos que
acaban de sufrir un sin número de persecuciones, aquellos que están
sacados de su propio país, echados fuera, esos son los desalentados y
también a veces en nuestras comunidades entra el desaliento cuando nos
parece que ya se va acabando el espacio de libertad que tenemos , por eso
es que la Iglesia nos ha invitado a rezar en la primera oración, a pedir al Padre que
como creyentes nos de la gracia de alcanzar la libertad verdadera, esa que nos
enseña el Señor en la Biblia y esa que nos hace claridad y mensaje el Señor en el
Nuevo Testamento.
Hoy también hay gente desalentada, podrían ser los hermanos migrantes o
refugiados, los desalentados en este momento, buscando medios para
vivir y no autorizados a vivir como seres humanos, pueden ser todos
nuestros peregrinos que van por el camino hacia Buen Retiro, desalentados
por los problemas y las dificultades, muchas veces van a buscar cosas
pero las cosas no solucionan el problema, hay que ir a encontrarse con el
Señor, el Señor de la vida y de la historia.
Desalentados pueden estar nuestros hermanos de la cárcel y a quienes ya
comienza a reducírseles el número de los que podrían ser indultados,
bueno hay tantos grupos, nuestros jóvenes azotados por los nuevos vicios,
nuestra gente sin mucho trabajo, los que quieren pensar no tienen la
oportunidad de hacerlo y los que tienen la valentía de opinar son
perseguidos y obligados a refugiarse.
¿Qué dice el Seor a su pueblo? “sean fuertes, no teman” esa es la palabra del
Señor también hoy para nosotros “Sean fuertes, no teman” Dios está con ustedes y
El viene a salvarnos, El viene a librarnos, El viene a darnos signos de vida, Él no
está contra los castigos o las persecuciones de pecado, Él hará hablar a los mudos,
caminar a los tullidos, Él va a devolver el oído a aquellos que son sordos o se hacen
los sordos con la Palabra de Dios.
Signos de vida, todo se va a cambiar en signos de vida, el agua va a aparecer por
todos lados….
Cuando uno escucha estas palabras ya no hay espacio para el desaliento, Dios
camina con nosotros, nos dice claramente Isaías. En esos momentos de dificultades
para el pueblo de Dios, abriendo las compuertas de la esperanza. El que va a venir
en nombre de Dios a dar la vida en forma definitiva va a venir a dar la vida sin
distinción alguna, sin preferencias alguna, sin condenaciones propias de quienes no
tiene siquiera un poco de la inteligencia del Señor para captar esta manera de vivir
y ser hermanos.
En el evangelio el Señor nos va a dar lecciones muy claras para quienes nos están
escuchando pero también para nosotros que nos hemos beneficiado con el
cumplimiento de esa promesa: “Todos van a oír, todos van a hablar, todos van a
saltar de alegría, todos van a vivir esta Palabra que el Seor nos ha dirigido”.
Fijémonos donde habla el Señor, está hablando en tierra pagana, no es su
tierra. Su primera inquietud es decirle a sus paisanos: Oigan, el reino de
Dios no tiene fronteras, el reino de Dios pertenece a todos los que lo
aceptan y lo llevan en su corazón, el reino de dios no es privilegio de un
grupo aunque sean muy buenos, aunque sean muy capaces de lanzar leyes
al por mayor.
En ese momento que está hablando y llevando el mensaje a los pueblos paganos le
presentan un sordo mudo para que le imponga las manos, lo demás lo hemos
escuchando con atención, lo sabemos bien, lo que importa es la dimensión que le
Señor le va a dar a la curación de ese hermanos, una enfermedad que para unos
era un castigo de Dios, para otros una maldición del pecado que cometieron ellos
o sus padres y el Señor quiere romper con eso, va a hacer un milagro, va a dar el
signo pero quiere que todos los que están viendo y escuchando comprendan bien
de qué se trata, por eso es que le Señor además de hacer los gestos de cercanía
con el enfermo…
Esa es la tentación de siempre, eliminar a los insignificantes, dejarnos a un lado,
formar grupos que se creen perfectos y que se dedican todo el tiempo a ver quién
está contra la ley, quien ha violado la ley y comienzan a pensar en proyectos de
engrandecimiento de las cárceles para terminar con todos aquellos a los que el
Señor privilegia y busca con tanto cariño.
Levantando los ojos al cielo suspir y dijo “Efata” que significa “Ábrete”, ahí está la
palabra, comienza a hablar, comienza a escuchar, pero esta palabra tiene una
nueva dimensión, no es solo un beneficio para este enfermo, es una llamado a
todos los pueblos para que escuchen el mensaje de libertad que nos ha traído, para
que aceptemos que El es nuestra paz como lo hemos meditado ayer en la fiesta de
la Virgen, que Él es el sol de justicia, Él es la paz en persona que va a comenzar a
sembrar semillas de verdad en nuestros corazones y no se va a conformar con
hablar de una paz que se quiere imponer con la fuerza o con astucia o con
calumnias o con persecuciones.
“Ábrete” abre tu corazn, abre tus oídos, escucha la palabra del Señor y la palabra
de tu pueblo. Hay que tener una capacidad distinta para hablar de Dios. Para hablar
de Dios hay que saber hablar con Él, no baste repetir de memoria las cosas que
sabemos, es importante que abramos nuestro oído a la palabra de libertad, de
amor, de salvación de Dios nuestros Padre.
La Palaba de Dios no es una palabra que necesita armar escenarios para asustar o
para alienarnos más, es una palabra que debe llegar a nuestros corazón, hay que
escucharla, es parte del mensaje del Señor.
Efata (Ábrete) Abre tus labios, habla del Dios verdadero, no te dejes engañar por la
presencia de dioses que solamente asustan o alienan, habla del Dios de la vida, del
Dios de la verdad, del Dios del amor, de ese Dios que está con nosotros y que es el
que nos quita los temores para hablar por encima de cualquier interés sobre los
interese de nuestro Dios.
Habla de Dios pero habla también del hermano, defiende la vida del hermano, la
dimensión del creyente es así, es relación con Dios y relación con los hermanos,
cualesquiera sean ellos, Santiago es claro cuando nos dice: Ustedes creyentes no
pueden hacer distinción de unos de un color u otros de otro color.
Hay que sembrar lo que Dios nos ha pedido que sembremos, ojalá este
palabra la escuchemos bien, hablemos de los problemas de nuestros
hermanos migrantes, hablemos de aquellos que han venido a buscar la
vida y que gracias a Dios Santa Cruz ha respondido con generosidad para
abrir esos espacios y, tenemos que seguir haciéndolo sin acepción de
personas, sin preguntarle antes en qué libro político está inscrito, nosotros
tenemos que ser capaces de seguir a todos pero también de corregir con
algunos que dicen que buscan algo de Tierra, Estamos de acuerdo con los
migrantes pero no podemos bendecir a los avasalladores que se van
multiplicando por todo lado, estamos de acuerdo en que las leyes se
apliquen peo no podemos estar de acuerdo cuando se aplican
unilateralmente, quisiéramos que quienes vienen perseguidos de sus
países gocen de libertad autentica y verdadera incondicional para que se
sientan parte de nuestra sociedad pero cuando queremos que algunos
salgan tampoco podemos obligarlos a buscar el asilo como si fuera la
única manera de solucionar nuestros problemas.
Hay muchas cosa que podemos hacer todavía, hablar con Dios y hablar de ese Dios
con nuestros hermanos, pero también estamos invitados a hacer que la naturaleza
hable de Dios y hable de bendiciones para los hermanos y es por eso que seguimos
insistiendo: Hay que abrir los oídos, hay que hablar bien claro de que la
creación no es un espacio para deteriorarlo, es un espacio dado a grupos
de hermanos que con todo derecho piden que se los respete, se los tenga
en cuenta y que se haga realmente todo para el bien común y no para el
beneficio de unos cuantos, tenemos que seguir hablando de cultivar el espíritu
del perdón, no podemos hablar de que estamos listos para recibir a los hermanos
si entre nosotros no nos recibimos.
Tenemos que hablar del perdón y practicarlo, escuchamos con frecuencia que
dicen: Si piden perdón ya no les vamos a hacer nada. Sin embargo el mensaje del
Señor es: Perdonen ustedes así como le Padre les perdona a cada uno, ustedes
también perdonen a los demás, nadie es Dios sobre la tierra, nadie puede suplantar
esta dimensión extraordinaria de un Dios que quiere para todos ida en abundancia
y respeto a su dignidad y no podemos repetir constantemente las humillaciones de
un pasado que no queremos repetir.
Vamos a pedirle a nuestra Madre la Virgen, ayer hemos celebrado su fiesta, su
nacimiento, su cumpleaños, y vamos a pedir la capacidad de ponernos a disposición
de nuestros Padre como lo hizo ella y aceptar la presencia del hijo de Dios en forma
humana, sencilla, humilde, esas son las bases del reino de Dios, cuando hay
atropellos o grandes espectáculos no se construye el reino de la hermandad sino el
de la humillación de aquellos que no tiene los medios las mismas escandalosas
ostentaciones.
Que el Señor de la vida siga acompañándonos y que nuestra oración hoy de manera
especial por nuestros hermanos migrantes y asilados sea una oración fraterna,
confiada y también efectiva para que todo esto cambie en beneficio de la persona
humana. AMÉN.
.