26 SEMANA DEL TIEMPO
ORDINARIO
Lunes, 1 de octubre
SANTA TERESA DEL NIÑO JESÚS
“Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa" (Lc
10,5)
Jesús involucra a los discípulos en su misión: les llama, les envía, les enseña
el estilo misionero que tienen que tener. Los discípulos tienen que ayudarse
unos a otros, anunciar la verdad del Mensaje de Jesús y ser expresión
viviente del evangelio de la paz.
Que tu Paz, Jesús, descienda sobre nuestros pueblos. Que tu Paz, Jesús,
inunde nuestros hogares. Que tu Paz, Jesús, habite nuestro corazón.
"Mi caminito es el camino de una infancia espiritual, el camino de la
confianza y de la entrega absoluta" (Sta Teresa de Lisieux).
Martes, 2 de octubre
SANTOS ÁNGELES CUSTODIOS
“El que acoge a este niño en mi nombre me acoge a mí” (Mt 18,3)
Los discípulos discuten sobre quién es el más importante. No han
comprendido nada de la lección de Jesús, que va entregando la vida por los
caminos. - Pide al Espíritu que te haga caer en la cuenta de que la acogida y
el servicio son los rasgos esenciales del seguidor de Jesús.
Dame, Señor, un corazón de niño, capaz de abandonarme en las Manos del
Padre, como Tú. Que busque más servir, que ser servido.
Miércoles, 3 de octubre
“Tú vete a anunciar el reino de Dios” (Lc 9,60)
Seguir a Jesús es algo serio, requiere prontitud, desprendimiento y harto
ánimo para afrontar dificultades. Pero si escuchas en tu interior su invitación
a caminar con Él, ten la certeza de que su presencia amorosa te rodea y
envuelve tu vida delicadamente.
Me fio de ti, Jesus. ¡Envíame! A donde tú vayas, yo voy. Llévame en la
palma de tus manos, alienta mi débil fe.
Jueves, 4 de octubre
“Está cerca de vosotros el reino de Dios” (Lc 10,9)
Todo mensajero prepara caminos, abre brechas al Misterio. Todo mensajero
anuncia que Dios está cerca. Todo mensajero proclama que el amor de Dios
está a la puerta, buscando quien lo acoja. Recógete en tu interior, habita la
morada más honda de tu vida, despierta tu fe para entrar en la presencia del
Dios que te habita, abre tus manos y ofrécele tu vida.
¡Qué cerca estás de mí, más que yo mismo! Cuando me asomo al brocal de
mi pozo, veo tu rostro y el mío. ¡Gracias, mi Dios, por esperarme tanto!
Viernes, 5 de octubre
“Quien a vosotros os escucha a mí me escucha” (Lc 10,16).
Participar en la misión de Jesús es algo grande. Jesús se hace uno con
nosotros para acercarnos al Padre. Pone en nuestros labios sus palabras,
que también son las palabras del Padre. Abre los oídos del corazón ala
Palabra. Guárdala, mastícala y amásala en tu interior, como María. Ofrécela,
con Ella, sencillamente a los hermanos.
Alumbra, Señor, el camino de mi vida. Quiebra la noche con la gracia de la
fe. Enséñame a amar porque tengo pobre el corazón.
Sábado, 6 de octubre
“Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has
escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has
revelado a la gente sencilla” (Lc 10, 21)
Jesús lleno del gozo del Espíritu Santo ora al Padre dándole gracias porque
manifiesta el reino a los pobres y humildes, a la gente sencilla. Pide al
Espíritu que te meta en esta oración de Jesús. Siéntete necesitado/a de su
perdón y de su amor.
“Lo que agrada a Dios en mi pequeña alma, es que ame mi pequeñez y mi
pobreza. Es la esperanza ciega que tengo en su misericordia” (Sta Teresa de
Lisieux).