Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 26, Viernes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: ¿Has mandado a la mañana o has entrado por los
hontanares del mar? * Guíame, Señor, por el camino eterno. * Quien me rechaza a
mí, rechaza al que me ha enviado
Textos para este día:
Job 38, 1. 12-21; 40, 3-5:
El Señor habló a Job desde la tormenta: "¿Has mandado en tu vida a la mañana o
has señalado su puesto a la aurora, para que agarre la tierra por los bordes y
sacuda de ella a los malvados, para que la transforme como arcilla bajo el sello y la
tiña como la ropa; para que les niegue la luz a los malvados y se quiebre el brazo
sublevado? ¿Has entrado por los hontanares del mar o paseado por la hondura del
océano?
¿Te han enseñado las puertas de la muerte o has visto los portales de las sombras?
¿Has examinado la anchura de la tierra? Cuéntamelo, si lo sabes todo. ¿Por dónde
se va a la casa de la luz y dónde viven las tinieblas? ¿Podrías conducirlas a su país
o enseñarles el camino de casa? Lo sabrás, pues ya habías nacido entonces y has
cumplido tantísimos años."
Job respondió al Señor:
"Me siento pequeño, ¿qué replicaré? Me taparé la boca con la mano; he hablado
una vez, y no insistiré, dos veces, y no añadiré nada."
Salmo 138 :
Señor, tú me sondeas y me conoces; / me conoces cuando me siento o me levanto,
/ de lejos penetras mis pensamientos; / distingues mi camino y mi descanso, /
todas mis sendas te son familiares. R.
¿Adónde iré lejos de tu aliento, / adónde escaparé de tu mirada? / Si escalo el cielo,
allí estás tú; / si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R.
Si vuelo hasta el margen de la aurora, / si emigro hasta el confín del mar, / allí me
alcanzará tu izquierda, / me agarrará tu derecha. R.
Tú has creado mis entrañas, / me has tejido en el seno materno. / Te doy gracias, /
porque me has escogido portentosamente, / porque son admirables tus obras. R.
San Lucas 10, 13-16:
En aquel tiempo dijo Jesús: "¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en
Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían
convertido, vestidos de sayal y sentados en la ceniza. Por eso el juicio les será más
llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿piensas escalar el
cielo? Bajarás al abismo. Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; quien a
vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me
ha enviado"
Homilía
Temas de las lecturas: ¿Has mandado a la mañana o has entrado por los
hontanares del mar? * Guíame, Señor, por el camino eterno. * Quien me rechaza a
mí, rechaza al que me ha enviado
1. Un Desenlace Inesperado
1.1 El libro de Job llega a su clímax en el encuentro tan deseado entre este hombre,
cargado de dolor y preguntas, y Dios, que se supone que por fin va a responder.
Sin embargo, y para sorpresa de todos, Dios no llega cargado de respuestas sino
con su propia serie de cuestiones y preguntas para Job. Y ciertamente es
interesante ver el talante de las cuestiones que plantea Dios según el relato.
1.2 El argumento de Job frente a sus amigos fue siempre: "yo no merezco sufrir
porque soy inocente." El argumento de los amigos a lo largo de todo el libro fue:
"Tú en realidad no eres inocente y por eso es justo que sufras." Los dos esquemas
parten de la base de que el sufrimiento no debe llegar a una vida justa y pura, y en
cambio debe llegar, como castigo, a las vidas perversas y sucias. Esa base es la
que Dios cuestiona cuando sale al encuentro de Job.
1.3 Las palabras de Dios marcan sobre todo los límites de Job como creatura. En un
discurso profundo y resonante, Dios pone en cuestión el conocimiento sobre la vida
del que parecen estar tan seguros tanto Job como sus adversarios. Tal vez en un
lenguaje más prosaico el punto es: "¿Y cómo sabes tú lo que deberían ser las
cosas, si no sabes en realidad cómo son ni con qué propósito fueron hechas?"
1.4 Este es un lenguaje que se nos antoja duro, si pensamos en todas las tragedias
que ha pasado Job. Dios en realidad no le dice por qué le ha sucedido todo lo que le
ha sucedido sino que le recuerda que la ignorancia es parte de su condición, parte
de su existencia, y que pretender buscar otras razones no es tan razonable porque
las razones últimas de los bienes o males que nos llegan descansan en las razones
últimas de la Creación, y ello nos desborda, y es inevitable que nos desborde.
1.5 Nuestro orgullo de seres racionales, que a menudo raya en racionalismo, puede
pretender que abordemos el tema del mal de otro modo, es decir, no como lo
propone la Biblia en el libro de Job. Tal vez entonces expliquemos el mal y el dolor
por sus causas próximas: un terremoto es una falla en las placas tectónicas; el
hombre que violó a mi hermana tenía un síndrome psiquiátrico que se llama XYZ,
etc. ¿Es eso la respuesta genuina que busca el corazón cuando de veras sufre? Tal
vez expliquemos las cosas como quisieron hacerlo los amigos de Job: el mal es un
castigo. ¿Le decimos eso a los niños que mueren de hambre en África?
1.6 El libro de Job nos conduce, en consecuencia, a una respuesta paradójica: es
mejor admitir que desconocemos las razones últimas de la vida y la existencia y
que por lo mismo desconocemos por qué y para qué existe el mal. En la misma
línea, San Agustín decía algo parecido a "si hubiera una explicación satisfactoria, no
sería tan malo." El mal no tiene esclarecimiento total. Se da y sabemos que está, y
sabemos que es vencido de muchas maneras.
1.7 Más que explicar al mal, necesitamos aprender a ir más allá de él
sosteniéndonos en lo que sigue habiendo de verdad y de bondad en nuestra
existencia, que indudablemente es siempre inmenso. Tal lenguaje será siempre
enigmático en alguna medida. Hasta donde es posible, su enigma se aclara en la luz
de la Pascua, cuando al máximo mal, la muerte en la cruz, le suceda el máximo
bien, la gloria de Dios en la creación redimida.
2. Ciudades Impenitentes
2.1 El evangelio de hoy nos deja saber que Cristo no tuvo éxito en su misión
primera en las ciudades donde hizo muchos milagros. Ello demuestra que la
conversión no depende sólo de predicaciones maravillosas, testimonio de vida y
hechos prodigiosos. Estas tres cosas las tenía Jesús, y en grado sumo, pero no
pudo cosechar las conversiones que hubiera querido.
2.2 He conocido mucha gente que se frunce si uno dice que Cristo fracasó en
muchas cosas. Por mi parte, prefiero un Dios que no "asegura" su victoria pasando
por encima de todo y de todos. Un Dios así sería un gran tirano, en realidad. Por
cierto contra ese Dios, y no contra el Dios verdadero, dirigió Sartre toda su crítica,
y con él los existencialistas ateos.
2.3 Por el contrario, esta revelación de Dios en Jesús es mucho más humilde,
realista y deliciosamente cercana. Si Cristo fracasó, por lo menos parcialmente,
dando todo de sí, es porque fracasar no es pecar. El pecado es ajeno a Dios pero el
fracaso no es pecado. Lo sería si proviene de negligencia o cosa parecida. Pero
cuando todo ha sido hecho para Dios y para su gloria, el triunfo es ello mismo, y no
el logro exterior, que puede venir o no venir.
Fr. Nelson Medina, O.P.