Comentario al evangelio del Sábado 06 de Octubre del 2012
El evangelio de hoy nos relata una escena evangélica llena de optimismo y alegría. Los 72 regresan de
su misión satisfechos y sorprendidos por el poder que han experimentado al curar y expulsar demonios,
signos que acompañaban al anuncio de la venida del Reino de Dios.
Jesús comparte su alegría, pero si les advierte que la alegría no ha de provenir del éxito experimentado,
sino más bien, de participar activamente de la misión del Hijo, de experimentar en vivo y en directo lo
que muchas generaciones de creyentes anhelaron y que nunca pudieron vivir. El misterio de Dios se
revela en Jesús de manera definitiva, convirtiendo su vida en el punto central de la historia de la
humanidad.
Jesús ora al Padre porque su Palabra se revela a los sencillos de corazón, a aquellos que desde la
humildad son capaces de acoger a la Palabra hecha carne, que es Él mismo. Tienen los ojos abiertos a
la sorpresa de un Dios que siempre va más allá de los límites de nuestras estructuras de pensamiento,
de nuestras teorías, de nuestras ideas. Los sabios y entendidos eran los que creían que conocían a Dios.
Había escudriñado en la Escrituras y en la tradición los rasgos de su presencia y habían construido una
imagen de Dios cerrada, expresada en multitud de leyes que rígidamente practicadas pervertían
radicalmente el verdadero rostro de Dios. Jesús rompe radicalmente con esa imagen falsa de Dios, y
anuncia al Dios Abba, el que ama primero, siempre abierto al perdón y a la misericordia, siempre
sensible al dolor de los que sufren, siempre llamando desde el horizonte a vivir una vida desde la clave
del amor hasta entregar la vida.
Esta Buena Noticia ha llegado hasta nosotros a través de el testimonio de muchos que a través de
historia han abierto su corazón al Jesucristo. Nosotros también somos dichosos porque tenemos la
posibilidad de encontrarnos con Él si estamos abiertos a la sorpresa .
J.A.C.