“Padre nuestro", la oración que nos enseño Jesús
Lc 11, 1-4
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Lectio Divina
PABLO UNA APASIONADA ADHESIÓN A CRISTO
Lo que más me provoca en la perícopa de la Carta a los Gálatas es la libertad con
respecto a todo lo que no sea el Evangelio de Cristo y su enseñanza -precisamente-
liberadora. Todo formalismo, constricción y oportunismo o tradicionalismo vacíos de
alma son quemados por su fuego. Existe en Pablo una apasionada adhesión a Cristo y
a su verdad. Nada ni nadie le ata. Ni siquiera el temor a perder su prestigio en su
confrontación con Pedro. Ejerce sin más la corrección fraterna con el mismo Pedro no
para hacer triunfar su idea, sino más bien para que triunfe el esplendor de la
coherencia entre el Evangelio y la vida. También es urgente que nosotros instauremos
en el interior de las comunidades cristianas y religiosas esta parresía, esta franqueza
de relaciones, esta apasionada búsqueda de la verdad de Cristo, como escucha de las
urgencias del Reino y no de nuestros pequeños y mezquinos intereses.
SI ORO AL ABBÁ, AL TIERNÍSIMO PADRE MÍO Y DE LOS HERMANOS
Está claro que sólo en espacios y tiempos precisos de oración se consigue el coraje
necesario para hacer saltar trabas, vínculos, así como viejas incrustaciones y
confusiones que contaminan la verdad pura del Evangelio y esclavizan nuestro
corazón. Si oro al Abbá, al tiernísimo Padre mío y de los hermanos, si le pido que sea
glorificado como conviene y que su Reino de justicia, de amor y de paz venga también
por medio de mi pequeña vida, tendré ciertamente la fuerza para llegar a ser cada vez
más, en la parte de la Iglesia en que vivo, el que hoy estoy llamado a ser. A buen
seguro, no un elemento de polémica soberbia dinamitera, que sólo destruye en sí
mismo y en los otros, sino una persona tan unida a Jesús, tan embebida de todo su
humilde amor, que no teme el posible resentimiento de quien es corregido por amor.
Repetir también a menudo durante el día «Venga tu Reino», la ardiente petición del
Padre nuestro, es un secreto de energía espiritual para querer el Reino y buscarlo en
toda actitud personal y de relación.
ORACION
Señor Jesús, tú nos dijiste que si escuchamos y vivimos tu Palabra conoceremos la
verdad, «y la verdad nos hará libres» (cf. Jn 8). Concédenos, pues, orar y vivir la
ardiente petición: «Venga tu Reino», que es verdad y libertad tanto de Dios como del
hombre. Concédenos pedirlo con tal perseverancia que se convierta no sólo en la
respiración-deseo del corazón, sino también en el coraje y el compromiso liberador de
todo nuestro modo de obrar y de relacionarnos con aquellos que, como nosotros,
serán Iglesia en camino hacia los esplendores del Reino.