Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 28, Martes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: La circuncisión no tiene valor, solamente la fe, que se
manifiesta por medio de la caridad * Señor, que me alcance tu favor. * Den
limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará limpio
Textos para este día:
Gálatas 5, 1-6:
Hermanos: Para vivir en libertad, Cristo nos ha liberado. Por eso, manténganse
firmes, y no se sometan de nuevo al yugo de la esclavitud.
Soy yo, Pablo, quien les advierto: Si se circuncidan, Cristo no les servirá de nada. Y
vuelvo a declarar: Todo el que se deja circuncidar, queda obligado a cumplir la ley
entera. Los que buscan alcanzar la salvación por medio de la ley, han perdido a
Cristo, han rechazado la gracia.
Nosotros, en cambio, movidos por el Espíritu, esperamos ansiosamente la salvación
por medio de la fe. Porque para los cristianos da lo mismo estar circuncidados que
no estarlo; lo único que vale es la fe que actúa por medio del amor.
Salmo 118 :
Señor, que me alcance tu favor, / tu salvación según tu promesa. R.
No quites de mi boca las palabras sinceras, / porque yo espero en tus
mandamientos. R.
Cumpliré sin cesar tu voluntad, / por siempre jamás. R.
Andaré por un camino ancho, / buscando tus decretos. R.
Serán mi delicia tus mandatos, / que tanto amo. R.
Levantaré mis manos hacia ti / recitando tus mandatos. R.
Lucas 11, 37-41:
En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer. Jesús fue a su casa y se sentó a
la mesa.
El fariseo se extrañó de que Jesús no hubiera cumplido con la ceremonia de lavarse
las manos antes de comer. Pero el Señor le dijo:
«Ustedes, los fariseos, limpian por fuera el vaso y el plato, mientras por dentro
están llenos de robos y maldades.
¡Insensatos! El que hizo lo de fuera ¿no hizo también lo de dentro? Den limosna de
lo de dentro, y entonces quedarán limpios».
Homilía
Temas de las lecturas: La circuncisión no tiene valor, solamente la fe, que se
manifiesta por medio de la caridad * Señor, que me alcance tu favor. * Den
limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará limpio
1. ¿Por qué daban tanta importancia a la circuncisión?
1.1 Con toda razón puede extrañarnos que aquellos cristianos de Galacia, a los que
Pablo escribe en la primera lectura de hoy, dieran tanta importancia a la
circuncisión. El motivo no era médico ni fisiológico, desde luego, sino estrictamente
religioso: era el signo de entrada en el pueblo de la alianza, el pueblo de Abrahán.
Circuncidarse equivalía, como subraya el apóstol, a entrar a formar parte de ese
pueblo en los términos de la antigua alianza, la de la circuncisión y el resto de los
preceptos de Moisés.
1.2 Luego el mensaje de hoy es sencillo: ¿te salva la alianza de Moisés, cuya señal
es la circuncisión, o te salva la alianza en Cristo, cuya señal es la fe? No es asunto
de una operación quirúrgica en la carne sino de la colosal operación de salvamento
que Dios ha hecho en el poder de su Espíritu Santo, dándonos a su propio Hijo para
que muriera en nuestra carne.
2. No basta por fuera
2.1 Ante el espectáculo de la maldad hay muchas reacciones posibles. Una de ellas
es guardar las apariencia. Cristo se rebela contra esta solución que no soluciona
nada.
2.2 La hipocresía es el arte de huir de la verdad. Es el esfuerzo inútil, pero
comprensible; desesperado, pero tan común, de ahorrarnos el esfuerzo de afrontar
lo que somos y padecemos.
2.3 El problema es que una mentira, ya entrada en la casa, no sabe estar sola sino
que trae sus acompañantes. Y en este caso esos acompañantes son terribles:
primero intentamos evitar la humillación de sabernos sucios; luego pasamos a
humillar a los otros cuando los vemos sucios. De este modo, una mentira sobre
nosotros se convierte en una mentira contra los otros.
2.4 Y este es el punto en el que Cristo levanta su voz de profeta, de santo y de rey.
Que tú te olvides de quién eres, hasta puede entenderse, pero que hagas de tu
mala memoria un estrado para condenar a tu hermano no es algo que Cristo vaya a
tolerar. Hará que tus ojos se abran, así les duela la luz.
Fr. Nelson Medina, O.P.