EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Lunes de la vigésima octava semana del tiempo ordinario
Carta de San Pablo a los Gálatas 4,22-24.26-27.31.5,1.
Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos: uno de su esclava y otro de su
mujer, que era libre.
El hijo de la esclava nació según la carne; en cambio, el hijo de la mujer libre, nació
en virtud de la promesa.
Hay en todo esto un simbolismo: estas dos mujeres representan las dos Alianzas.
La primera Alianza, la del monte Sinaí, que engendró un pueblo para la esclavitud,
está representada por Agar,
Pero hay otra Jerusalén, la celestial, que es libre, y ella es nuestra madre.
Porque dice la Escritura: ¡Alégrate, tú que eres estéril y no das a luz; prorrumpe en
gritos de alegría, tú que no conoces los dolores del parto! Porque serán más
numerosos los hijos de la mujer abandonada que los hijos de la que tiene marido.
Por lo tanto, hermanos, no somos hijos de una esclava, sino de la mujer libre.
Esta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de
nuevo bajo el yugo de la esclavitud.
Salmo 113(112),1-2.3-4.5a.6-7.
¡Aleluya! Alaben, servidores del Señor,
alaben el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
desde ahora y para siempre.
Desde la salida del sol hasta su ocaso,
sea alabado el nombre del Señor.
El Señor está sobre todas las naciones,
su gloria se eleva sobre el cielo.
¿Quién es como el Señor, nuestro Dios,
que tiene su morada en las alturas,
y se inclina para contemplar
el cielo y la tierra?
El levanta del polvo al desvalido,
alza al pobre de su miseria,
Evangelio según San Lucas 11,29-32.
Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una
generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás.
Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será
para esta generación.
El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta
generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para
escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón.
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la
condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay
alguien que es más que Jonás.
Comentario del Evangelio por :
San Pedro Crisólogo (hacia 406-450), obispo de Rávena, doctor de la
Iglesia
Sermón 3; PL 52, 303-306 ; CCL 24, 211-215
“Esta generacin malvada pide una seal...” (cf Lc 11,29)
Jonás mismo decide que le echen a la mar: “Agarradme y tiradme al mar” (Jn
1,12) dice, lo cual significa la pasión voluntaria del Señor... He aquí, que sale de las
profundidades del mar un monstruo, un gran pez se acerca que tiene que cumplir y
manifestar la resurrección del Señor, o mejor dicho, engendrar este misterio. He
aquí un monstruo, imagen terrorífica del infierno, que con sus fauces abiertos se
lanza sobre el profeta, saborea y asimila el poder de su creador, y devorándolo
come su propia incapacidad de engullir ya nunca más a nadie. La estancia en sus
entrañas prepara la estancia del visitante de arriba: así, lo que había sido causa de
desdicha se transforma en embarcación inconcebible de una travesía necesaria,
guardando a su pasajero y echándolo, al cabo de tres días, a la orilla. Así se dio a
los paganos lo que se arrebató a los enemigos de Cristo. Y cuando éstos pidieron un
signo, el Señor determinó que este único signo les sería dado, por el cual
comprenderían que la gloria que esperaban recibir de Cristo sería otorgada a los
paganos...
Por la maldad de sus enemigos, Cristo fue sumergido el las profundidades del
caos del infierno; durante tres días ha recorrido todos sus rincones (1P 3,19) . Y
cuando resucitó manifestó la crueldad de sus enemigos, la propia grandeza y su
triunfo sobre la muerte.
Será, pues, justo que los habitantes de Nínive se levantaran el día del juicio
para condenar a esta generación, porque ellos se convirtieron por la proclamación
de un solo profeta naufragado, extranjero, desconocido, mientras que la gente de
esta generación, después de tantas obras admirables y prodigios, con todo el
esplendor de la resurrección, no llegaron a acoger la fe ni se convirtieron. Han
rechazado creer en el signo mismo de la resurrección.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”