XXX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO B
La fe cristiana, encuentro con Jesucristo
La palabra: “El ciego recobró la vista y seguía a Jesús por el camino” (evangelio).
1. El evangelio de Mc es una catequesis muy lograda sobre el dinamismo de la fe.
La ceguera cierra una ventana de comunicación y en cierto modo excluye de la
comunidad. A esto se añadía que la ceguera se consideraba, en aquella sociedad
judía, un castigo de Dios. Por eso con frecuencia el ciego era también un mendigo
como es el caso de Bartimeo que “estaba al borde del camino pidiendo limosna”.
“Camino” aquí alude también a la conducta histórica de Jesús que, apasionado por
la llegada del reino de Dios, decide ir a Jerusalén consciente de que su fidelidad al
proyecto le puede costar la vida.
2. Bartimeo está “al borde del camino”, aún no ha entrado en la comunidad de
Jesús, no es su discípulo, pero busca: “Hijo de David, ten compasión de mí”. Para
llegar a la luz hay que tener conciencia de que sufrimos la oscuridad; lo malo es
cuando nos creemos videntes, no tenemos heridas físicas en la retina, pero nos
quedamos en la superficialidad con una ceguera blanca. Sin duda el Padre de las
luces ya estaba en la intimidad del ciego Bartimeo impulsándole a la búsqueda.
3. La fe surge cuando, conscientes de nuestra ceguera, nos abrimos a la llamada de
Dios. Al escuchar el clamor del ciego, Jesús toma la iniciativa: “llamadlo”. Y en
seguida el ciego “se puso en camino”, le siguió, entró en la comunidad de Jesús
dispuesto a recrear en su propia conducta la conducta del Maestro. Fácilmente se
comprende que la fe cristiana no se reduce a creencias o aceptación de verdades
por autoridad de otros que las formulan. Es un encuentro personal con Alguien que
desde dentro nos sugiere que podemos salir de la ceguera, nos abre nuevos
horizontes y descubrimos que nuestra existencia tiene sentido si la tejemos
siguiendo el camino de Jesucristo.
Fray Jesús Espeja, OP
Con permiso de Palabranueva.net