Comentario al evangelio del Viernes 26 de Octubre del 2012
Hola, amigos y amigas:
Jesús se queja de que sus contemporáneos saben interpretar muy bien el tiempo atmosférico, pero no
son capaces de descubrir los signos del Reino en medio del tiempo histórico que viven: tienen al
Mesías que les comunica la buena nueva y realiza signos, pero están cerrados y siguen esperándolo
como si no estuviese ya entre ellos.
No son capaces de acoger el tiempo de gracia y de reconciliación que les ofrece mientras van de
camino. Nos puede pasar la mismo a nosotros; es verdad que, por vivir en la ciudad, puede que ya no
seamos tan expertos en escudriñar las señales atmosféricas, pero sí sabemos informarnos de ellas muy
bien a través de los medios modernos. Somos expertos en muchas otras cosas, como en las tablas de
resultados deportivos, en las novedades literarias y musicales y, sobre todo, en el avance de las nuevas
tecnologías, pero quizá sólo estamos acumulando información o esclavizándonos de las técnicas. A lo
mejor tampoco nosotros estamos leyendo con profundidad de fe el sentido del momento histórico que
vivimos.
La creciente falta de trabajo, la pérdida de viviendas, la disminución del poder adquisitivo, los
reajustes sociales… ¿Son signos de qué? ¿Cómo leemos este duro y convulsionado momento social que
nos toca vivir? ¿Bastará con decir que se trata de una crisis mundial que ya pasará, como han pasado
otras? ¿No será una llamada a pensar a fondo en las causas que nos han traído hasta este punto: un
estilo de vida social inconsciente y despilfarrador, que no era sostenible, y un modelo de sistema
económico que cada vez deja a más personas al margen? Para un cristiano no basta con pensar que este
fuerte chaparrón ya pasará y que mientras tanto sólo debe protegerse de la mejor manera posible,
necesita leer este “kayros” histórico en clave de fe: escuchar al Señor que nos vuelve a recordar las
bienaventuranzas y nos enseña a vivir de otro modo: una vida pobre que renuncia a los excesos y sabe
de austeridad, esfuerzo, solidaridad, respeto, transparencia y creatividad. Llama la atención el papel
que Cáritas está teniendo en este momento social; los cristianos no podemos quedarnos quietos ante el
sufrimiento de tantos hermanos, es un signo que nos invita a descubrir las llamadas actuales de Jesús.
En realidad, la historia social y nuestras propias historias están cargadas de muchos signos claros de la
presencia del Reino, que nos invitan a despertar y a comprometernos.
Un saludo fraterno
Carlos Sánchez Miranda, cmf.
Carlos Sánchez Miranda, cmf.