EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Vigésimo noveno Domingo del tiempo ordinario B
Libro de Isaías 53,10-11.
El Señor quiso aplastarlo con el sufrimiento. Si ofrece su vida en sacrificio de
reparación, verá su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Señor se
cumplirá por medio de él.
A causa de tantas fatigas, él verá la luz y, al saberlo, quedará saciado. Mi Servidor
justo justificará a muchos y cargará sobre sí las faltas de ellos.
Salmo 33(32),4-5.18-19.20.22.
Porque la palabra del Señor es recta
y él obra siempre con lealtad;
él ama la justicia y el derecho,
y la tierra está llena de su amor.
Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles,
sobre los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y sustentarlos en el tiempo de indigencia.
Nuestra alma espera en el Señor;
él es nuestra ayuda y nuestro escudo.
Señor, que tu amor descienda sobre nosotros,
conforme a la esperanza que tenemos en ti.
Carta a los Hebreos 4,14-16.
Y ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un Sumo Sacerdote insigne que
penetró en el cielo, permanezcamos firmes en la confesión de nuestra fe.
Porque no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras
debilidades; al contrario él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros, a
excepción del pecado.
Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener
misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno.
Evangelio según San Marcos 10,35-45.
Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro,
queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir".
El les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?".
Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda,
cuando estés en tu gloria".
Jesús les dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y
recibir el bautismo que yo recibiré?".
"Podemos", le respondieron. Entonces Jesús agregó: "Ustedes beberán el cáliz que
yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo.
En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo,
sino que esos puestos son para quienes han sido destinados".
Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos.
Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes se considera
gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos
les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se
haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.
Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su
vida en rescate por una multitud".
Comentario del Evangelio por :
San Juan Crisóstomo (hacia 345-407), presbítero de Antioquía más tarde
obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia
Homilías contra los anoméos, 8,6; PG 48, 776-777, en Elhougne, Les Pères
commentent, pag. 299
“Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para
servir y dar su vida en rescate por todos.”
Lo que los dos hermanos, Juan y Santiago querían, al aspirar a los primeros
puestos, a los cargos y honores más destacados, era según mi parecer, tener
autoridad sobre los demás. Por esto Jesús se opone a su pretensión. Descubre y
pone al desnudo sus pensamientos secretos cuando les dice: “El que quiera ser
primero, sea esclavo de todos.” Dicho de otra manera: "Si aspiráis a los primeros
puestos y a los grandes honores, buscad el último lugar, esforzaos a ser los más
sencillos, los más humildes y pequeños entre todos. Poneos detrás de los otros.
Esta es la virtud que conduce al honor que deseáis. Tenéis cerca de vosotros un
ejemplo elocuente, 'porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan,
sino para servir y dar su vida en rescate por todos.' Así obtendréis gloria y
celebridad. Mirad lo que me toca vivir no busco ni honra ni gloria, y no obstante, el
bien que realizo de esta manera es infinito.”
Lo sabemos: antes de la encarnación de Cristo y su abajamiento, todo estaba
perdido, todo estaba corrompido; pero, después de que él se humillara, nos lo ha
revelado todo. Ha abolido la maldición, ha destruido la muerte, ha abierto el
paraíso, ha dado muerte al pecado, ha roto los cerrojos de las puertas del cielo
para introducir las primicias de nuestra humanidad. El ha propagado la fe por todo
el mundo. Ha expulsado el error y ha establecido la verdad. Ha hecho tomar
posesión del trono a las primicias de nuestra naturaleza. Cristo es el autor de
beneficios innumerables que mi palabra ni ninguna palabra humana es capaz de
expresar. Antes de su abajamiento, sólo los ángeles lo contemplaron, pero después
que él se humillara la raza humana entera lo ha reconocido.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”