Mensajeros de paz, en marcha, con confianza y alegría.
2012-10-21
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el
que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos
titubeaban.
Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo: «Me ha sido dado todo poder en el cielo
y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo
cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta
el fin del mundo». Palabra del Señor.
Oración inicial
Querido Jesús, además de escuchar tu llamado a la evangelización, sé que me
buscas para tener una mayor intimidad conmigo en la oración. Quiero dedicarte mi
mejor tiempo, en el mejor lugar… pero conoces mi debilidad. Por eso pido a tu
Espíritu Santo, en el que creo y confío, que ilumine mi oración, para que no sea de
los que titubean, de los indiferentes o convenencieros, sino el discípulo y misionero
que sabe que Tú siempre estás a mi lado, guiando mi oración y mi misión.
Petición
Señor, abre mi corazón al amor, para que sea un mensajero de tu paz.
Meditación
Mensajeros de paz, en marcha, con confianza y alegría.
«Por todas partes, en todas las realidades, en toda cultura, de las grandes ciudades
con sus edificios hasta los pequeños pueblos con las moradas humildes, de las
potentes catedrales a las pequeñas capillas. Él viene, se hace presente; y al entrar
en comunión con Él, también todos los hombres se unen entre ellos en un único
cuerpo, superando divisiones, rivalidades, rencores. El Señor viene en la Eucaristía
para sacarnos de nuestro individualismo, de nuestras particularidades que excluyen
a los demás, para formar con nosotros un solo cuerpo, un solo reino de paz en un
mundo dividido. ¿Pero cómo podemos construir este Reino de paz en el que Cristo
es el Rey? El mandamiento que Él deja a sus Apóstoles y, a través de ellos, a todos
nosotros es: “Id pues y haced que todos los pueblos sean mis discípulos... yo
estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo”. Como Jesús, los mensajeros
de la paz de su reino deben ponerse en camino, deben responder a su invitación»
(Benedicto XVI, 26 de octubre de 2011).
Reflexión apostólica
«Domingo mundial de las misiones y Jornada mundial de oración por las
vocaciones: el Movimiento organiza en cada una de estas fechas una semana
vocacional para promover las vocaciones misioneras y a la vida sacerdotal y
consagrada en la Iglesia» (Manual del miembro del Movimiento Regnum Christi , n.
459).
Propósito
Apoyar las vocaciones sacerdotales, o a la vida consagrada, con mi oración y mi
apoyo económico.
Diálogo con Cristo
¿Por qué el temor a la entrega? ¿Por qué el miedo al compromiso? Si Tú, Padre
mío, me garantizas que estarás a mi lado. Gracias porque en esta oración me has
mostrado que, acogiendo tu gracia, puedo a llegar a vivir plenamente mi vocación
al convertirme en un mensajero de tu amor y de tu paz.
«Es posible que poco a poco las dificultades, los fracasos, la aparente lentitud,
lleven al desaliento e, incluso, al abandono. Se requiere una fe sólida en la misión,
en el auxilio divino, en el éxito final, para continuar no apoyados en las propias
fuerzas o habilidades, sino en el poder de Dios»
(Cristo al centro, n. 492) .