Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 29, Jueves
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Que arraigados y cimentados en el amor, queden ustedes
colmados con la plenitud misma de Dios * La misericordia del Señor llena la tierra *
No he venido a traer la paz, sino la división
Textos para este día:
Efesios 3, 14-21:
Hermanos:
Doblo las rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en
la tierra, pidiéndole que, de los tesoros de su gloria, os conceda por medio de su
Espíritu robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en
vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; y así, con
todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo,
comprendiendo lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano. Asi llegaréis a
vuestra plenitud, según la plenitud total de Dios.
Al que puede hacer mucho más sin comparación de lo que pedimos o concebimos,
con ese poder que actúa entre nosotros, a él la gloria de la Iglesia y de Cristo Jesús
por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 32 :
Aclamad, justos, al Señor, / que merece la alabanza de los buenos. / Dad gracias al
Señor con la cítara, / tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R.
Que la palabra del Señor es sincera, / y todas sus acciones son leales; / él ama la
justicia y el derecho, / y su misericordia llena la tierra. R.
Pero el plan del Señor subsiste por siempre, / los proyectos de su corazón, de edad
en edad. / Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, / el pueblo que él se escogió
como heredad. R.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, / en los que esperan en su
misericordia, / para librar sus vidas de la muerte / y reanimarlos en tiempo de
hambre. R.
Lucas 12, 49-53:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo
que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división.
En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres Contra dos y dos contra tres;
estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la
hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la
suegra.»
Homilía
Temas de las lecturas: Que arraigados y cimentados en el amor, queden ustedes
colmados con la plenitud misma de Dios * La misericordia del Señor llena la tierra *
No he venido a traer la paz, sino la división
1. Lo que Trasciende Toda Filosofía
1.1 La primera lectura nos deja ver la vida cristiana como un itinerario. Es grande
haberlo comenzado, y eso nos lo otorgó la fe, pero es más grande avanzar y crecer
en él, y eso es lo propio de la madurez cristiana. La invitación, pues, es a madurar.
1.2 ¿Qué implica esa madurez? Apoyémonos en ese texto de la Carta a los Efesios
para descubrir algunas de sus notas peculiares. Las palabras claves parecen ser:
cristianos robustos, enraizados en el amor, habitados por Cristo, llenos de sabiduría
espiritual, esto es, aptos para comprender las dimensiones propias del amor.
1.3 Cada una de esas expresiones nace de experiencias reales de la vida de fe: Hay
que estar "robustos" porque creer es entrar en la batalla y porque hay
enfermedades que tratan de apocar y debilitar el alma. Hay que estar enraizados en
el amor, pero sólo quien se sabe amado llega a amar y sólo quien está dispuesto a
amar soportará los desengaños y dificultades que la vida trae. Hay que estar
habitados por Cristo porque ningún otro señor dará su rumbo cierto al barco de
nuestra vida y nadie como él podrá defendernos de lo que no vemos. Y hay que
estar colmados de sabiduría y capaces de reconocer las dimensiones del amor
porque hasta el fin de nuestros días seremos discípulos y porque es necesario para
gastar la eternidad admirando el perpetuo milagro insondable del amor divino.
2. La Verdad, como una Espada
2.1 Hay en el Evangelio una verdad maravillosamente consoladora: el amor de Dios
que se ha manifestado en el sacrificio redentor de Cristo. Pero esta verdad necesita
muchas veces abrirse paso a través de las nubes y engaños que acarician y
adormecen nuestra conciencia.
2.2 En ese "abrirse paso" la verdad nos llama a despertar, y a veces es difícil
despertar, como lo habrá comprobado todo el que quiera llamar del sueño a un niño
pequeño. A menudo el niño se queja y hasta dice palabras agrias al que trata de
llamarlo.
2.3 Pues bien, el mundo duerme, y ama su sueño. El mundo duerme y odiará al
que quiera despertarlo, aunque eventualmente algunos de los que despierten
rezongando luego agradecerán con lágrimas de gozo lo que antes denigraron.
Fr. Nelson Medina, O.P.