EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 13,10-17.
Había allí una mujer poseída de un espíritu, que la tenía enferma desde hacía
dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de
ninguna manera.
Jesús, al verla, la llamó y le dijo: "Mujer, estás curada de tu enfermedad",
y le impuso las manos. Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a
la multitud: "Los días de trabajo son seis; vengan durante esos días para hacerse
curar, y no el sábado".
El Señor le respondió: "¡Hipócritas! Cualquiera de ustedes, aunque sea sábado, ¿no
desata del pesebre a su buey o a su asno para llevarlo a beber?
Y esta hija de Abraham, a la que Satanás tuvo aprisionada durante dieciocho años,
¿no podía ser librada de sus cadenas el día sábado?".
Al oír estas palabras, todos sus adversarios se llenaron de confusión, pero la
multitud se alegraba de las maravillas que él hacía.
Comentario del Evangelio por :
Atribuido a Eusebio de Alejandría (hacia 500)
Sermón del domingo 16,1-2; PG 86, 416-421
“Y a ésta, que es una hija de Abrahán, ¿no se la podía soltar de su atadura
en sábado?” (cf Lc 13,16)
La semana consta de siete días. Dios nos ha dado seis para trabajar, uno para
orar, descansar y liberarnos de nuestros pecados. Si hemos cometido faltas durante
los seis días, podemos repararlas el domingo reconciliándonos con Dios.
Dirígete, pues, de buena mañana a la iglesia de Dios, acércate al Señor para
confesarle tus pecados, ofrécele tu oración y el arrepentimiento de un corazón
contrito. Estate atento durante la santa liturgia, acaba tu oración y no salgas antes
de la despedida de la asamblea. Contempla a tu Señor mientras se parte el pan
consagrado y se distribuye sin que se destruya. Y si tu conciencia es pura, acércate
y comulga del cuerpo y de la sangre del Señor. Si, al contrario, la conciencia te
acusa por tus malas acciones, no vayas hasta que no te purifiques de tus culpas por
el arrepentimiento.
Este día, el domingo, se nos ofrece como ocasión para la oración y el
descanso. “Este es el día que hizo el Señor, hagamos fiesta y alegrémonos en él.”
(Sal 117,24) Demos gloria a aquel que resucitó en este día, y al Padre en el Espíritu
Santo, ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”