Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 30, Miércoles
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Obedezcan como quien sirve al Señor y no a los hombres
* El Señor es fiel a sus palabras * Estén preparados, porque no saben a qué hora
va a venir el Hijo del hombre.
Textos para este día:
Efesios 6, 1-9:
Hijos, obedeced a vuestros padres como el Señor quiere, porque eso es justo.
«Honra a tu padre y a tu madre» es el primer mandamiento al que se añade una
promesa: «Te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra. » Padres, vosotros no
exasperéis a vuestros hijos; criadlos educándolos y corrigiéndolos como haría el
Señor.
Esclavos, obedeced a vuestros amos según la carne con temor y temblor, de todo
corazón, como a Cristo. No por las apariencias, para quedar bien, sino como
esclavos de Cristo que hacen lo que Dios quiere; con toda el alma, de buena gana,
como quien sirve al Señor y no a hombres. Sabed que lo que uno haga de bueno,
sea esclavo o libre se lo pagará el Señor.
Amos, correspondedles dejándoos de amenazas; sabéis que ellos y vosotros tenéis
un amo en el cielo y que ése no es parcial con nadie.
Salmo 144 :
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, / que te bendigan tus fieles; / que
proclamen la gloria de tu reinado, / que hablen de tus hazañas. R.
Explicando tus hazañas a los hombres, / la gloria y majestad de tu reinado. / Tu
reinado es un reinado perpetuo, / tu gobierno va de edad en edad. R.
El Señor es fiel a sus palabras, / bondadoso en todas sus acciones. / El Señor
sostiene a los que van a caer, / endereza a los que ya se doblan. R.
Lucas 13, 22-30:
En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas
enseñando.
Uno le preguntó:
-«Señor, ¿serán pocos los que se salven?»
Jesús les dijo:
-«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar
y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis
fuera y llamaréis a la puerta, diciendo:
"Señor, ábrenos"; y él os replicará:
"No sé quiénes sois."
Entonces comenzaréis a decir:
"Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas. "
Pero él os replicará:
"No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados."
Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y
Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros os veáis echados fuera.
Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el
reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.»
Homilía
Temas de las lecturas: Obedezcan como quien sirve al Señor y no a los hombres
* El Señor es fiel a sus palabras * Estén preparados, porque no saben a qué hora
va a venir el Hijo del hombre.
1. Hermosura del Plan de Dios para la Familia
1.1 Con respecto a la primera lectura de hoy, viene muy bien aquello que nos
escribe Juan Pablo II en el n. 15 de Familiaris Consortio: En el matrimonio y en la
familia se constituye un conjunto de relaciones interpersonales -relación conyugal,
paternidad-maternidad, filiación, fraternidad- mediante las cuales toda persona
humana queda introducida en la "familia humana" y en la "familia de Dios", que es
la Iglesia.
1.2 El matrimonio y la familia cristiana edifican la Iglesia; en efecto, dentro de la
familia la persona humana no sólo es engendrada y progresivamente introducida,
mediante la educación, en la comunidad humana, sino que mediante la
regeneración por el bautismo y la educación en la fe, es introducida también en la
familia de Dios, que es la Iglesia.
1.3 La familia humana, disgregada por el pecado, queda reconstituida en su unidad
por la fuerza redentora de la muerte y resurrección de Cristo. El matrimonio
cristiano, partícipe de la eficacia salvífica de este acontecimiento, constituye el
lugar natural dentro del cual se lleva a cabo la inserción de la persona humana en
la gran familia de la Iglesia.
1.4 El mandato de crecer y multiplicarse, dado al principio al hombre y la mujer,
alcanza de este modo su verdad y realización plenas. La Iglesia encuentra así en la
familia, nacida del sacramento, su cuna y el lugar donde puede actuar la propia
inserción en las generaciones humanas, y éstas, a su vez, en la Iglesia.
2. ¿Se Salvan Pocos o Muchos?
2.1 La pregunta del evangelio de hoy ha torturado muchas conciencias. "Y si son
pocos los que se salvan, ¿seré yo uno de ellos?" Jesús no responde directamente
(casi nunca lo hace, de hecho). Lo que hace Jesús es dar una recomendación
general que invita al "esfuerzo" y presentar una parábola que invita a desconfiar de
lo que podían ser las seguridades para sus oyentes.
2.2 ¿Cuáles seguridades? Por ejemplo, creer que la cercanía de trato ya implica una
cercanía de destino: como hemos "comido y bebido con él" tenemos garantizado
que comeremos y beberemos con él en el banquete del Reino. Error de perspectiva:
si se ha hecho cercano a nosotros hasta comer y beber con nosotros es para
mostrarnos su misericordia que nos llama; eso no implica que si rechazamos esa
misma misericordia podamos seguir creyendo que pertenecemos a Aquel a quien
hemos dado la espalda.
2.3 Otra falsa seguridad viene del tema de la raza: "somos descendencia de
Abraham." No basta. No es la descendencia según la carne, pues tampoco esa
cercanía es la que redime.
2.4 El resumen es que la única cercanía que salva es la que viene de la fe, y una fe
consecuente, porque los que son rechazados lo son no por lo que dicen que creen
sino porque "hacen el mal." Es decir: cuenta que dices que tú crees, pero se ve que
al final cuenta más qué obras han nacido de la fe que profesas.
Fr. Nelson Medina, O.P.