EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Sábado de la trigésima semana del tiempo ordinario
Carta de San Pablo a los Filipenses 1,18b-26.
Pero ¡qué importa! Después de todo, de una u otra manera, con sinceridad o sin
ella, Cristo es anunciado, y de esto me alegro y me alegraré siempre.
Porque sé que esto servirá para mi salvación, gracias a las oraciones de ustedes y a
la ayuda que me da el Espíritu de Jesucristo.
Así lo espero ansiosamente, y no seré defraudado. Al contrario, estoy
completamente seguro de que ahora, como siempre, sea que viva, sea que muera,
Cristo será glorificado en mi cuerpo.
Porque para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia.
Pero si la vida en este cuerpo me permite seguir trabajando fructuosamente, ya no
sé qué elegir.
Me siento urgido de ambas partes: deseo irme para estar con Cristo, porque es
mucho mejor,
pero por el bien de ustedes es preferible que permanezca en este cuerpo.
Tengo la plena convicción de que me quedaré y permaneceré junto a todos
ustedes, para que progresen y se alegren en la fe.
De este modo, mi regreso y mi presencia entre ustedes les proporcionarán un
nuevo motivo de orgullo en Cristo Jesús.
Salmo 42(41),2.3.5bcd.
Como la cierva sedienta
busca las corrientes de agua,
así mi alma suspira
por ti, mi Dios.
Mi alma tiene sed de Dios,
del Dios viviente:
¿Cuándo iré a contemplar
el rostro de Dios?
Al recordar el pasado,
me dejo llevar por la nostalgia:
¡cómo iba en medio de la multitud'
y la guiaba hacia la Casa de Dios,
entre cantos de alegría y alabanza,
en el júbilo de la fiesta!
Evangelio según San Lucas 14,1.7-11.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo
observaban atentamente.
Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola:
"Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque
puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú,
y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: 'Déjale el sitio', y así,
lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.
Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que
cuando llegue el que te invitó, te diga: 'Amigo, acércate más', y así quedarás bien
delante de todos los invitados.
Porque todo el que ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado".
Comentario del Evangelio por :
San Pedro Pietrelcina (1887-1968) capuchino
Buona giornata 8/8
“El que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.” (Lc
14,11)
La humildad es la verdad, y la verdad es que yo no soy nada. Por
consiguiente, todo lo bueno que tengo viene de Dios. Pero a veces malgastamos lo
que Dios ha puesto de bueno en nosotros. Cuando veo la gente que me pide algo, a
veces ni pienso en lo que podría darles, sino en lo que no soy capaz de dar y por
tanto, muchas almas quedan sedientas porque yo no he sabido transmitirles lo que
Dios les quería dar.
La idea que el Señor viene cada día a nosotros y nos da todo, nos tendría que
llevar a la humildad. Sin embargo, pasa lo contrario porque el demonio despierta en
nosotros sentimientos de orgullo. Esto no nos honra. Hay, pues, que luchar contra
nuestro orgullo. Cuando nos parece que nos puede, paremos un instante, hagamos
un acto de humildad. Entonces, Dios que ama los corazones humillados vendrá en
nuestra ayuda.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”