EVANGELIO DEL DIA
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
Evangelio según San Lucas 14,25-33.
Junto con Jesús iba un gran gentío, y él, dándose vuelta, les dijo:
"Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su
mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no
puede ser mi discípulo.
El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los
gastos, para ver si tiene con qué terminarla?
No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean
se rían de él, diciendo:
'Este comenzó a edificar y no pudo terminar'.
¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si
con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil?
Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para
negociar la paz.
De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee,
no puede ser mi discípulo.
Comentario del Evangelio por :
Juan Taulero (c. 1300-1361), dominico en Estrasburgo
Sermón 21, 4º para la Ascensión
"El que no lleva su cruz y me sigue no puede ser mi discípulo"
Puesto que nuestra Cabeza subió a los cielos, conviene que sus miembros (Col.
2,19) sigan a su Maestro, pasando por el mismo camino que Él escogió. Porque
"¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?" (Lc
24,26). Debemos seguir a nuestro Maestro, tan digno de amor, Él, que llevó el
estandarte de la cruz delante de nosotros. Que cada hombre tome su cruz y le siga;
y llegaremos allí dónde él está. ¡Aunque vemos que muchos siguen los caminos de
este mundo para obtener honores irrisorios, y para esto renuncian a la comodidad
física, a su hogar, a sus amigos, exponiéndose a los peligros de la guerra - todo
esto para adquirir bienes exteriores! Resulta lógico y plenamente justo que
nosotros hagamos una renuncia total para adquirir el bien puro que es Dios, y que
de este modo sigamos a nuestro Maestro...
No es raro encontrar hombres que desean ser testigos del Señor en la paz, es
decir, que todo resulte según sus deseos. De buena gana quieren llegar a ser
santos, pero sin cansancio, sin aburrimiento, sin dificultad, sin que les cueste nada.
Desean conocer a Dios, gustarlo, sentirlo, pero sin que haya amargura. Entonces,
ocurre que en cuanto hay que trabajar, en cuanto aparece la amargura, las
tinieblas y las tentaciones, en cuanto no sienten a Dios y se sienten abandonados
interna y externamente, sus bellas resoluciones se desvanecen. Estos no son
verdaderos testigos, testigos como los que necesita el Salvador... ¡Ojalá podamos
librarnos de este tipo de búsqueda que carece de trabajos, amarguras y tinieblas y
encontremos la paz en todo tiempo, incluso en la desgracia! Es ahí solamente
donde nace la verdadera paz, la que permanece.
servicio brindado por el Evangelio del Día, www.evangeliodeldia.org”