Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 32, Lunes
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Establece presbíteros en cada ciudad, como te lo ordené *
Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor. * Si tu hermano te ofende siete
veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo
Textos para este día:
Tito 1, 1-9:
Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, para promover la fe de los elegidos de
Dios, y el conocimiento de la verdad, según la piedad apoyada en la esperanza de
la vida eterna.
Dios, que no miente, había prometido esa vida desde tiempos inmemoriales; al
llegar el momento, la ha manifestado abiertamente con la predicación que se me ha
confiado, según lo dispuso Dios, nuestro salvador.
Querido Tito, verdadero hijo mío en la fe que compartimos; te deseo la gracia y la
paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, salvador nuestro.
Mi intención al dejarte en Creta era que pusieras en regla lo que faltaba y
establecieses presbíteros en cada ciudad, siguiendo las instrucciones que te di.
El candidato, que sea un hombre sin tacha, fiel a su única mujer, con hijos
creyentes, que no sean indóciles ni acusados de mala conducta.
Porque el obispo, siendo administrador de Dios, tiene que ser intachable, no
arrogante ni colérico, no dado al vino ni pendenciero, ni tampoco ávido de
ganancias.
Al contrario, ha de ser hospitalario, amigo de lo bueno, prudente, justo, fiel, dueño
de si.
Debe mostrar adhesión a la doctrina cierta, para ser capaz de predicar una
enseñanza sana y de rebatir a los adversarios.
Salmo 23 :
Del Señor es la tierra y cuanto la llena, / el orbe y todos sus habitantes: / él la
fundó sobre los mares, / él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir al monte del Señor? / ¿Quién puede estar en el recinto sacro? /
El hombre de manos inocentes / y puro corazón, / que no confía en los ídolos. R.
Ése recibirá la bendición del Señor, / le hará justicia el Dios de salvación. / Éste es
el grupo que busca al Señor, / que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R
Lucas 17, 1-6:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
-«Es inevitable que sucedan escándalos; pero ¡ay del que los provoca!
Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le encajaran en el
cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar.
Tened cuidado.
Si tu hermano te ofende, repréndelo; si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete
veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: "Lo siento", lo perdonarás.»
Los apóstoles le pidieron al Señor:
-«Auméntanos la fe.»
El Señor contestó:
-«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera:
"Arráncate de raíz y plántate en el mar."
Y os obedecería.»
Homilía
Temas de las lecturas: Establece presbíteros en cada ciudad, como te lo ordené *
Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor. * Si tu hermano te ofende siete
veces al día, y siete veces viene a ti para decirte que se arrepiente, perdónalo
1. La primera generación declina
1.1 La primera lectura nos permite asomarnos a un momento muy singular de la
vida de la Iglesia primitiva. Una primera generación de testigos declina y es preciso
que el mensaje sea custodiado en su pureza y ofrecido con vigor a todos y en todas
partes. Semejante coyuntura no podía escapar a la preocupación del apóstol que,
precisamente porque no ha vivido para sí mismo sino para el Evangelio, escribe con
rasgos vigorosos y profundos para definir en cuanto le es posible el cauce de la
obra de la gracia en favor del pueblo santo.
1.2 Es hermoso percibir el alto sentido de responsabilidad que siente el apóstol.
Sabe que la predicación es el gran instrumento querido por Dios para la realización
de un designio antiguo y maravilloso, como no hay otro: la vida eterna. Este es el
telón de fondo de toda su reflexión sobre la vida y el ministerio de los pastores al
servicio de la Iglesia de Cristo.
1.3 Esta vida, por lo demás, no es una pura promesa, ni apunta sólo hacia el
futuro. Tiene ya su expresión en la concreción de la fe. La fe es la circulación vital
que liga a Pablo con Tito, a quien escribe, y por eso lo llama "verdadero hijo en la
fe que compartimos". Así como en un organismo animal todo se pierde si deja de
circular la sangre, así también, en este organismo vivo que es la Iglesia todo
depende de la circulación vital de la fe.
2. El perfil de un pastor
2.1 Después de estas consideraciones nobles y profundas, que son el contexto
irrenunciable para toda reflexión sobre la naturaleza de un genuino servidor del
evangelio, Pablo señala algunas notas propias del "epíscopos", a veces llamado
"obispo" en las traducciones.
2.2 Lo fundamental puede resumirse en el título que le da: "administrador de la
casa de Dios". Su ser irreprochable, su capacidad de acogida, su rectitud moral y su
eficacia en la predicación brotan de esta fuente: es el encargado de custodiar y
acrecentar bienes que no son suyos. Lo que es suyo es la salvación que él mismo
acoge, como todos los demás, en virtud de la fe que se abre la gracia. No es dueño
de nada sino del amor que lo llena; nada posee sino la vida que anuncia, porque la
ha recibido como regalo y como regalo la entrega en sus palabras y obras.
3. La altura del amor cristiano
3.1 En este punto podemos relacionar sin violencia las recomendaciones de Pablo y
la enseñanza del Señor Jesucristo. ¡Ay de aquel que provoca escándalos, ay del que
es ocasión de pecado!, advierte severamente Cristo a sus discípulos. San Carlos
Borromeo hablaba de modo semejante a sus presbíteros, invitándoles a meditar
siempre en el precio de sangre que cada alma tiene ante Dios. Es la misma idea del
"administrador": la gente sencilla, que por eso mismo puede defenderse menos,
vale Sangre y amor de Cristo. No eres dueño de esa Sangre, luego no eres dueño
de esos corazones ni de esas almas. "Tengan cuidado", nos amonesta el Señor.
3.2 Y de aquí entendemos por qué esa generosidad sin límites para el perdón. No
se agota el bien de la sangre, ni en favor tuyo ni en favor de quien te ha ofendido.
Poner un límite al perdón es poner un límite a la Sangre, y esto no es otra cosa sino
renegar de la salvación que esa Sangre trajo a todos por dignación piadosa de Dios.
3.3 ¡Qué bello acercarnos así al altar, y saborear con el paladar de la mente y con
la luz de la fe estas verdades! Ese sacrificio único y sin embargo infinito, inagotable,
es el que se realiza en nuestro altar, y es el que llega a nosotros con la comunión
eucarística.
Fr. Nelson Medina, O.P.