Comentario al evangelio del Miércoles 28 de Noviembre del 2012
Queridos amigos y amigas:
Recuerdo la ilusión que me hizo de pequeño acercarme al final de la eucaristía para recibir la medalla
de la Milagrosa. Hoy recordamos aquella entrega que pertenece a la familia Paúl e Hijas de la Caridad.
Oración convertida en medalla, en la que mis padres pedían la protección de la Virgen para cada uno
de sus cinco hijos. Quizá hoy la palabra nos invite a perseverar en los buenos deseos de nuestros
mayores para vivir la bienaventuranza.
"Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas". Lucas nos invita a la perseverancia, a vivir con
tensión, en guerra con la vulgaridad que usurpa nuestra identidad. La Palabra nos pide ser quien somos
para que en la dificultad no desfallezcamos. "Os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las
sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que
deis testimonio. Proponed pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una
elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios".
Juan ve un mar de vidrio veteado de fuego y a los que habían vencido a la bestia, cantando: "Grandes y
admirables son tu obras, Señor, Dios soberano. Justos y verdaderos son tus caminos".
Ellos son los bienaventurados que siguen a Dios y comprenden que a Dios no se le puede manejar. Son
los bienaventurados que descubren la enseñanza que la vida les trae a cada momento y la hacen suya y
después la reparten sin quedarse nada para sí. Son los bienaventurados que conocen las leyes de la
existencia y las hacen "suyas". Son los bienaventurados que llegan a las causas de las cosas y con
esfuerzo inician nuevos caminos de comprensión y abren nuevas ventanas hacia la Verdad.
Si te sientes dispuesto a vencer el mal de hoy con el bien, éste será tu cántico nuevo.
El Señor te dará a conocer su victoria y regirá tu mundo con justicia y rectitud.
Pero, antes de todo esto, recuerda, con tu perseverancia salvarás tu alma. En la cultura del fragmento
no está bien vista otra perseverancia que no sea la del máximo beneficio. Lo gratuito, lo solidario, la
entrega a largo plazo no es rentable para ella. Y sin embargo es la solidez de la propia vida. En este
mundo de enlaces subterráneos, de túneles, importa excavar en la profundidad que nos asegura el
aguante ante la dificultad para perseverar en la propia verdad.
Vuestro hermano en la fe,
Miguel, cmf
Miguel, cmf