Palabra de Dios
para alimentar tu día
Fr. Nelson Medina F., O.P
Tiempo Ordinario, Año Par,
Semana No. 34, Jueves
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Lecturas de la S. Biblia
Temas de las lecturas: Cayó Babilonia, la grande * Dichosos los invitados al
banquete de bodas del Cordero. * Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta
que se cumpla el plazo que Dios ha señalado
Textos para este día:
Apocalipsis 18, 1-2.21-23; 19, 1-3.9a:
Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo; venia con gran autoridad y su resplandor
iluminó la tierra. Gritó a pleno pulmón:
-« ¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en morada de demonios, en
guarida de todo espíritu impuro, en guarida de todo pájaro inmundo y repugnante.»
Un ángel vigoroso levantó una piedra grande como una rueda de molino y la tiró al
mar, diciendo:
«Así, de golpe, precipitarán a Babilonia, la gran metrópoli, y desaparecerá. El son
de arpistas y músicos, de flautas y trompetas, no se oirá más en ti. Artífices de
ningún arte habrá más en ti, ni murmullo de molino se oirá más en ti; ni luz de
lámpara brillará más en ti, ni voz de novio y novia se oirá más en ti, porque tus
mercaderes eran los magnates de la tierra, y con tus brujerías embaucaste a todas
las naciones. »
01 después en el cielo algo que recordaba el vocerío de una gran muchedumbre;
cantaban:
-«Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios
son verdaderos y justos. Él ha condenado a la gran prostituta que corrompía a la
tierra con sus fornicaciones, y le ha pedido cuenta de la sangre de sus siervos.»
Y repitieron:
-«Aleluya. El humo de su incendio sube por los siglos de los siglos.»
 
Luego me dice:
-«Escribe: "Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero. " »
Salmo 99 :
Aclama al Señor, tierra entera, / servid al Señor con alegría, / entrad en su
presencia con vítores. R.
Sabed que el Señor es Dios: / que él nos hizo y somos suyos, / su pueblo y ovejas
de su rebaño. R.
Entrad por sus puertas con acción de gracias, / por sus atrios con himnos, /
dándole gracias y bendiciendo su nombre. R.
"El Señor es bueno, / su misericordia es eterna, / su fidelidad por todas las
edades." R.
Lucas 21, 20-28:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que está cerca su
destrucción.
Entonces, los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad,
que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán
días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito.
¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días!
Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo.
Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será
pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes,
enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin
aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues
los astros se tambalearán.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra
liberación.»
Homilía
Temas de las lecturas: Cayó Babilonia, la grande * Dichosos los invitados al
banquete de bodas del Cordero. * Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta
que se cumpla el plazo que Dios ha señalado
1. ¡Cayó Babilonia!
1.1 Las lecturas hoy nos sacuden con un grito de alegría: "¡cayó Babilonia!". Para
quienes amamos la paz puede resultar difícil compartir una alegría que en el fondo
nace de la derrota o el fracaso del contendor. La cosa suena violenta, sobre todo si
hemos visto en la televisión cómo, por ejemplo, algunos palestinos danzaban de
gozo cuando cayeron las torres gemelas del World Trade Center. Parece
simplemente repugnante alegrarse de una derrota.
1.2 Pero, ¿qué diríamos si pudiéramos ver derrotado el odio? ¿Qué sentiríamos si
un día se pudiera declarar vencida al hambre en el mundo? ¿No danzaríamos si un
día tuviéramos certeza de estar enterrando los racismos y las discriminaciones
étnicas?
1.3 Hay que alegrarse de la caída de Babilonia. Hay que alegrarse cuando el mal
resulta mal negocio, en la medida en que ello llame a conversión y le dé una
oportunidad al bien y a la gracia. La ciudad caída es morada de animales
repugnantes. Vivir en ella se vuelve imposible, pero sobre todo, indeseable. Y eso
es maravilloso: que el mal ya no sea deseable; que se le caiga la careta al mal y se
vea qué es en verdad. El mal sin careta ya no hace daño, porque es horrendo: ya
no engaña, ya no es deseable.
2. La Gran Prostituta
2.1 Prostitución ha sido el nombre que la idolatría ha recibido desde tiempos de los
profetas. Así como la prostituta se vende por unas monedas, así, el que prefiere los
bienes de los ídolos está vendiendo su alma; la está prostituyendo.
2.2 La analogía no termina ahí: la prostitución, como negocio que es, termina por
organizarse. Hay prostíbulos que buscan y obtienen un reconocimiento social que a
toda costa pretende que se mire a la prostitución como un oficio o profesión más,
cuya única peculiaridad serían los músculos involucrados. Pues bien, algo así
sucede con la idolatría: por su propia lógica y por su propio peso tiende a
organizarse tejiendo una especie de red, un sistema en el que los intereses parecen
complementarse maravillosamente: el que vende vicio y el que compra vicio; el que
vende fantasía y el que compra engaño; el que vende ídolos y el que compra ídolos.
Todo se vuelve un gran sistema, una "ciudad" que parece sostenerse sobre el pacto
mutuo de los intereses que se compensan y reclaman en una espiral embriagante.
Esa es Babilonia. Esa es la gran prostituta.
3. El Banquete de Bodas
3.1 Con el telón de fondo oscuro de la caída de Babilonia se anuncia un tema
gozoso: las Bodas del Cordero. Un banquete que no podía celebrarse sin los
invitados. Y la invitación es, en este caso, sencilla y elocuente: ser libre de la
ciudad maldita, no hundirse en el fracaso de la gran prostituta.
3.2 Así que, también en este caso, lo terrorífico de los acontecimientos no ha de ser
acusa de terrorismo en los creyentes. La frase de Jesús nos impresiona: "Cuando
esto comience a suceder, pongan atención y levanten la cabeza; porque se acerca
la hora de su liberación" (Lc 21,28). La liberación es también el banquete. Libres de
las ofrendas sacrílegas, estos elegidos se han preparado para alimentarse del Pan
del Cielo.
Fr. Nelson Medina, O.P.