“Jesús los llamo…..y lo siguieron”
Mt 4, 18-22
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
Lectio Divina
PRIMEROS DISCÍPULOS DE JESÚS SIGUEN A SU MAESTRO
Nuestra reflexión se va a detener en un par de detalles que nos ofrece la página
evangélica. En primer lugar el hecho histórico según el cual los primeros
discípulos siguieron a Jesús de dos en dos. No parece que haya que desatender
esta información que nos ofrecen los evangelistas. También hoy el seguimiento
de Jesús mediante la experiencia de una compañía, de una auténtica amistad
humana, es extremadamente positivo; puede favorecer la decisión, la adhesión
y la perseverancia. Tal vez el mundo contemporáneo tenga también necesidad
de este testimonio, un testimonio con el que los seguidores de Jesús muestran
que son capaces de valorar todo lo que hay de bueno y santo en las relaciones
amistosas.
La prontitud con la que los primeros discípulos de Jesús siguen a su maestro
merece asimismo una atención especial. Decir prontitud significa
desprendimiento de todo lo que puede lentificar el paso hacia Jesús, sobre todo
de aquello que, en cierto modo, podría despistarnos del camino emprendido.
Decir prontitud significa también la voluntad de establecer un atraque fuerte y
decisivo en Jesús, único fin de nuestra propia vida, único destinatario de nuestro
propio amor. Por eso, decir prontitud significa radicalidad evangélica; con ella,
todo resulta bello y ligero al final; sin ella, todo resultaría fatigoso e insoportable
en cada instante.
ORACION
¿Por qué, Señor, son tan pocos los que prestan hoy oído a tu voz? ¿Por qué
disminuye cada vez más el número de los que están dispuestos a seguirte por el
camino de la radicalidad evangélica? ¿Acaso se ha apagado tu voz entre
nosotros? ¿O tal vez es menos perceptible tu presencia entre los jóvenes de
hoy? ¿Acaso estás tan escondido que es casi imposible reconocerte presente y
cercano a cada uno de nosotros?
Sin embargo, oh Señor, tú estás en medio de nosotros, vives a nuestro lado, nos
acompañas de una manera discreta, pero real, por los caminos que recorremos.
Haz, oh Señor, que tu Palabra resuene más eficaz que nunca hoy para todos
nosotros. Haz, oh Señor, que tu presencia sea advertida y reconocida hoy más
que nunca, sobre todo por los jóvenes. De este modo, el espinoso problema de
la falta de vocaciones dejará de angustiarnos, porque todos nos abandonaremos
a tu solicitud de pastor bueno.