Comentario al evangelio del Lunes 10 de Diciembre del 2012
Hoy hemos visto cosas admirables.
Así concluye el relato evangélico de la curación del paralítico, expresando los sentimientos de asombro
religioso de los presentes. Los personajes centrales son Jesús, el paralítico en la camilla, los hombres
que lo llevan. Como observadores de la escena están sentados unos fariseos y maestros de la ley. De
Jesús se nos dice que enseñaba y que el poder del Señor lo impulsaba a curar, que estaba rodeado de
mucha gente, que ve la fe que tenían los que descolgaron al paralítico, que responde a las objeciones
que se plantean los escribas y fariseos. Para El la curación de la parálisis y el perdón de los pecados
están íntimamente unidos. Tanto la curación como el perdón de los pecados entran dentro de la misión
del hijo del hombre. Sus palabras lo evidencian: “A ti te lo digo, ponte en pié, toma tu camilla y vete a
tu casa”.
Escuchar esta buena noticia hoy implica para nosotros cobrar conciencia de con qué personaje nos
identificamos; si somos capaces de reconocer en qué medida estamos paralíticos en el camino
espiritual; si somos capaces de identificarnos con los hombres que ayudan al paralítico con una gran
confianza en Jesús.
También en el hoy de nuestro caminar hacia la Navidad suceden cosas admirables. ¿Soy capaz de
verlas y de narrarlas?
Bonifacio Fernández, cmf