I Domingo de Cuaresma, Ciclo B

Marcos 1:12-15

Autor: Padre Carmén Mele O.P

 

 

(Génesis 9:8-15; I Pedro 3:18-22; Marcos 1:12-15)

Hace algunos años la gente de una aldea en las alturas de Pakistán estaba edificando su primera escuela. Con el apoyo de un montañero americano, los niños finalmente tendrían un lugar adecuado de aprendizaje. Cuando se terminaba la construcción, llegó a la aldea el cacique musulmán de la región. Dijo él que la gente tendría que abandonar el proyecto porque la escuela era el trabajo de los infieles. Respondió Haji Ali, el líder de la aldea, que no iban a detener la construcción. Entonces el cacique exijo doce carneros grandes como el precio de su permiso para la escuela. Fue una cantidad equivalente a la mitad de la riqueza de la aldea, pero Haji Ali les mandó a las familias que trajeran los animales. “No tengan tristeza,” dijo Haji Ali, “mucho tiempo después de que los carneros están degollados y consumidos, nuestros hijos aprenderán en nuestra escuela.”

Sin duda, la demanda del corrupto cacique fue una prueba para Haji Ali. Pudiera haber tratado de resistir al cacique o pudiera haber abandonado la escuela. Sin embargo, en el primer caso habría causado heridas y posiblemente muertes y en el segundo los niños habrían sido los perdedores. El líder usó su cabeza y su corazón para hacer la mejor cosa posible. En el evangelio hoy Jesús enfrenta pruebas similares. En este relato de San Marcos Satanás no tienta a Jesús con comida, riquezas, y poder. Más bien, la presencia de animales salvajes nos da la mención de que pasiones interiores prueban el carácter de Jesús para prepararlo por su misión. Termina el pasaje con Jesús predicando en Galilea, “Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca.…”

Deberíamos nosotros ver la Cuaresma como una prueba de nuestro carácter. Es nuestro retiro anual para calmar nuestras pasiones y confirmar nuestra relación con Dios. Algunos adultos se han hechos flojos, más entregados al chisme que al apoyo. Ellos deberían considerar evitar la charla acerca de otras personas y darse completamente a obras caritativas hasta el doce de abril. Algunos jóvenes andan continuamente buscando la excitación en los cines y los bailes. Ellos podrían considerar quedarse en casa por estas seis semanas para estudiar y ayudar a los familiares. Algunos niños se han hecho acostumbrados a comprar dulces que les amenazan la salud. Ellos pudieran guardar sus monedas para las organizaciones que ayuden a los pobres en otros países.

Dios no nos abandona en nuestras pruebas. Como manda a los ángeles a servir a Jesús, también nos fortalece. Tenemos que pedirle ayuda tanto en la misa como en la oración personal. La cuaresma es un desierto donde nos damos cuenta de nuestra debilidad delante de retos como el cáncer que destruya el cuerpo y las medias masivas que estropee el alma. Dios vendrá como nuestro compás guiándonos a la salvación. Cuando el doctor Tom Dooley estaba muriendo de cáncer en Asia sureste donde hizo varias clínicas por los campesinos, escribió una carta al presidente de la Universidad de Notre Dame. Le preguntó: “¿Cómo puede la gente soportar cualquiera cosa en la tierra si no tienen a Dios?” Es cierto. Sin Dios es muy difícil aguantar las contrariedades de la vida. Con Dios podemos superar los grandes desafíos hasta el fin.