Solemnidad. Todos los Santos
San Mateo 5, 1-12A:
«Bienaventurados»

Autor: Basada en el Catecismo de la Iglesia Católica

Fuente: almudi.org (con permiso) 

 

«Bienaventurados»

I. LA PALABRA DE DIOS

Ap 7, 2-4.9-14: Apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua
Sal 23, 1-2.3-4ab.5-6: Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor
1 Jn 3, 1-3: Veremos a Dios tal cual es
Mt 5, 1-12: Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Creemos en la comunión de todos los fieles cristianos, es decir, de los que peregrinan en la tierra, de los que se purifican después de muertos y de los que gozan de la bienaventuranza celeste, y que todos se unen en una sola Iglesia» (962).

«La solicitud fraterna de los santos ayuda mucho a nuestra debilidad» (Cf 956).

«Las bienventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y describen su caridad; expresan la vocación de los fieles asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan las acciones y las actitudes características de la vida cristiana; son promesas paradójicas que sostienen la esperanza en las tribulaciones; anuncian a los discípulos las bendiciones y las recompensas ya incoadas; quedan inauguradas en la vida de la Virgen María y de todos los santos» (1717).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Nosotros adoramos a Cristo porque es el Hijo de Dios. En cuanto a los mártires, los amamos como discípulos e imitadores del Señor, y es justo, a causa de su devoción incomparable hacia su rey y maestro, que podamos nosotros también ser sus compañeros y sus condiscípulos» (S. Policarpo) (957).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El libro del Apocalipsis o de la «revelación de las cosas que han de suceder» nos muestra la muchedumbre innumerable de los Santos del Nuevo Testamento, que suceden al número simbólicamente limitado de los santos de la Antigua Alianza.

La carta del apóstol San Juan nos invita a sentir la tensión hacia la gloria a la que estamos llamados los cristianos pues llevamos oculta la misma santidad de Dios desde que nos hizo hijos suyos.

Los hombres de todos los tiempos han podido responder a la llamada de Dios a la santidad, y muchos de ellos lo han hecho conforme al espíritu en las Bienaventuranzas con que Jesús comenzó el sermón de la montaña (Evangelio).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:
La comunión entre la Iglesia del cielo y la Iglesia de la tierra: 954-959.
Los tres estados de la Iglesia.
La intercesión de los santos.
La comunión de los santos.
La comunión de los difuntos.
... en la única familia de Dios.

La respuesta:
La bienaventuranzas: 1716-1717.
La oración a los santos: 1370.

C. Otras sugerencias

Alrededor de esta fiesta veneramos a los santos y oramos por los difuntos quienes caminamos en la tierra: es la comunión de todos los hijos de la Iglesia.

Las bienaventuranzas describen la vida de los santos, pues son el retrato de la vida de Jesús. Ser santo es seguir a Jesús cuya vida está reflejada en las bienaventuranzas. Todos estamos llamados a la santidad.

«Él es imagen de Dios invisible,
Primogénito de toda la creación,
porque en Él fueron creadas todas las cosas...
Él es también la Cabeza del Cuerpo, la Iglesia:
Él es el Principio,
el Primogénito de entre los muertos,
para que sea Él el primero en todo,
pues Dios tuvo a bien hacer residir en El
toda la Plenitud,
y reconciliar por Él y para El todas las cosas».
(Col 1, 15-16a.18-20).

«El que está llamado a "enseñar a Cristo" debe por tanto, ante todo, buscar esta "ganancia sublime que es el conocimiento de Cristo"; es necesario "aceptar perder todas las cosas ... para ganar a Cristo, y ser hallado en él" y "conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a él en su muerte, tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos" (Flp 3, 8-11)». (Catecismo de la Iglesia Católica, 428).