XXXIII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C

San Lucas 21, 5-18: Día de la iglesia diocesana

Autor: Mons. Ciriaco Benavente Mateos

 

 

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 21, 5-18

En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: «Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.»

Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?»

Él contestó: «Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien: "El momento está cerca"; no vayáis tras ellos. Cuando oigáis noticias de guerras y de revoluciones, no tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.»

Luego les dijo: «Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio.

Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mia. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»



DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA

Hoy celebramos el Día de la Iglesia Diocesana, una jornada que se viene celebrando ya bastantes años. Por medio de esta campaña pretendemos que las personas tomen conciencia de que son miembros vivos, que pertenecen y forman parte de la Iglesia. Pero esta pertenencia no es de una manera abstracta sino que se concreta en la diócesis que es donde acontece y donde se hace realidad todo el misterio de la Iglesia: Una, Santa, Católica y Apostólica.

Como vamos descubriendo en el Objetivo Diocesano: "Vivir de la Eucaristía en una sociedad secularizada", contamos con toda la riqueza del Señor en este sacramento y contamos también con la presencia del Espíritu, el ministerio apostólico, los demás sacramentos, el pueblo de Dios, etc. Es necesario que los cristianos nos sintamos miembros vivos de la iglesia diocesana y como miembros vivos nos implicamos y colaboramos en sus actividades.

Además, la celebración de hoy nos recuerda y nos hace tomar conciencia que por ser una institución que no es de ángeles sino de hombres y que funciona con medios humanos, necesitamos también de medios económicos para poder ayudar más y mejor.

Hoy invito a todos, de una manera especial, a la generosidad con nuestra iglesia. Ya comentábamos el domingo anterior que ha habido un cambio fundamental y es que a partir de ahora ya no contamos con presupuestos adicionales del gobierno. Los únicos bienes de los que se va a nutrir la Iglesia van a ser de las ofrendas y donativos personales de los cristianos. Es muy importante, a este respecto, la X que ponemos en la casilla de la declaración de la renta (indicando la finalidad de la Iglesia Católica). Sabiendo además esto no implica pagar más, sino que es indicar la finalidad que queremos que se le de a nuestro dinero.

Hoy es un buen día, también, para dar gracias a Dios porque la Iglesia es nuestra familia a la que pertenecemos y de la que formamos parte.