XXIX Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B

Mc. 16, 15-20. Domingo Mundial de las misiones

Autor:  Mons. Felipe Aguirre Franco

 

 

Evangelio: 

 

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído; arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos”.

El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían. (Mc. 16, 15-20).

¡Palabra del Señor!
¡Gloria a ti, Señor Jesús!

 

Comentario:

En toda la Iglesia se celebra hoy el DOMUND, o “Domingo Mundial de las Misiones”, cuyo objetivo es suscitar en los creyentes la conciencia de su obligación de hacer llegar el Evangelio de Jesús a todas partes, a todas las razas y culturas, a todos los ambientes y espacios, a todos los tiempos y grupos, a todas las familias e instituciones, a todas las personas y circunstancias. Jesús nos dice hoy que “el que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado”. Y Dios quiere que nadie se pierda, ni se condene. Por eso, no podemos permanecer indiferentes, cuando vemos que Guerrero y México se pueden perder o condenar, si no hay quien haga llegar el Evangelio hasta los últimos rincones.

Los católicos no hemos de despreciar a los creyentes de otras religiones, pero sí sentirnos orgullosos y agradecidos por el gran regalo de la fe, y obligados a difundirla, para que a todo el mundo llegue la plenitud de la salvación. No podemos obligar a alguien a aceptar la fe cristiana, sino sólo ofrecerla con plena convicción de que estamos en la verdad. La Iglesia existe para evangelizar; si no lo hace, traiciona su identidad. Evangelizar es anunciar la centralidad de Jesucristo y la exclusividad de la salvación en El y por El. Sin Jesucristo, no hay salvación. Y en la obra de la redención, El ha asociado a su Iglesia.

Ciertamente, cuando oímos hablar de las “misiones“, pensamos en países de Asia, África y Oceanía, y hasta allá debemos enviar misioneros y evangelizadores, ya que en la mayoría de esos lugares aún no esta plenamente establecida la Iglesia, como comunidad de creyentes que se haga responsable de su propia evangelización, catequesis, liturgia y organización eclesial.

Sin embargo, no se trata sólo de ir a otros países; la misión de evangelizar debe empezar por nosotros mismos, por la propia familia y el ambiente donde cada uno se desarrolla. Los fieles laicos han de ser luz y sal evangelizadoras en su casa, en el trabajo, en la escuela, en los medios de información, en las instituciones, en el Gobierno, en la política, en el deporte, en las expresiones artísticas, en el ejército, en la calle, en las fiestas, en las desgracias, etc.

¡Guerrero es un Estado de los más católicos de México! ¡No podemos despreocuparnos, al considerar que somos Católicos un 89.19%! Porque de ésos, ¿cuántos son en verdad practicantes? ¿cuántos son apóstoles, evangelizadores, catequistas, testigos del Señor?

Muchos mexicanos y guerrerenses no se atreven a declararse creyentes; se avergüenzan de su fe y la esconden en lo más secreto de su conciencia; a veces, ni en su familia la practican. A pesar de que las leyes han cambiado, muchos políticos y gobernantes no se atreven a demostrar su fe cristiana; como si eso les quitara méritos y oportunidades, o como si ir a una Iglesia fuera contrario a la laicidad oficial, la cual es buena y necesaria, y convierten su vida pública en un ocultamiento de su fe. Además, no faltan quienes quieren restringir el derecho y la obligación que tenemos de evangelizar “desde los terrados” actuales (cf Mt 10, 27), que son los modernos medios de comunicación. Al respecto, dice San Pablo: “¡Ay de mí, si no anuncio el Evangelio” (1 Cor 9,16).

¿Qué hacer para ser misioneros? Podemos ayudar con nuestra oración, con nuestros sacrificios y con nuestro apoyo económico. Y si alguien es llamado por Dios a ser misionero o misionera, ojalá responda con generosidad a esa vocación, pues el mundo necesita personas consagradas a anunciar y comunicar la redención realizada en Jesucristo y actualizada hoy por la Iglesia. Que este “Domingo Mundial de las Misiones” impulse a los creyentes para que nos convirtamos en misioneros, evangelizadores, testigos valientes de Jesús.