XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Mt 21, 33-43: Colaboradores responsables

Autor:  Mons. Felipe Aguirre Franco

 

 

Evangelio:   


"En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: "Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego lo alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.

Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro y a otro más lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.

Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: 'A mi hijo lo respetarán'. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: 'Este es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia'.

Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron. Ahora, díganme: cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?" Ellos le respondieron: "Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo".

Entonces Jesús les dijo: "¿No han leído nunca en la Escritura: La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable? Por esta razón les digo a ustedes que les será quitado el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos" (Mt 21, 33-43).

¡Palabra del Señor!

¡Gloria ti, Señor Jesús!

Comentario

Este Evangelio tiene aplicaciones para todos nosotros, pues lo dicho por Jesús no vale sólo para sus paisanos. Dios nos ha tratado con mucho amor. Basta abrir los ojos del corazón, para valorar todo cuanto el Señor nos ha concedido. También los pobres y minusválidos pueden experimentar el amor de Dios, aún en sus limitaciones.

La vida, en sí misma, es un bien y no un mal; es una bendición y no una maldición. Además, quienes en el bautismo recibimos la misma vida divina, si no la perdemos por el pecado, tenemos asegurada en el cielo una eternidad feliz, y esto no se puede comparar con nada. Somos responsables de nuestra propia felicidad, la cual no se regala, sino que se conquista a base de esfuerzos.

Dice el Evangelio que los viñadores, a quienes el propietario alquiló su viña, en vez de entregar los frutos que en justicia debían, se apoderaron del viñedo, maltrataron a los criados del dueño, los apedrearon y los mataron; finalmente, asesinaron también al hijo del dueño. Esto es lo que muchos hacen.


En vez de trabajar y cumplir sus deberes de justicia, roban lo que no les pertenece, secuestran a quien les da trabajo, maltratan a quien les exige que sean responsables con su deber, y hay quienes asesinan sin piedad, con tal de enriquecerse de una manera rápida, o de eliminar a quienes les significan un obstáculo en sus pretensiones. A estos "desalmados" les va a ir muy mal; si no pagan aquí en la tierra, en la otra vida van a sufrir eternamente. ¡Esto es Palabra de Dios!

En la segunda lectura de la Misa dominical, San Pablo dice a los filipenses: "No se inquieten por nada; más bien, presenten en toda ocasión sus peticiones a Dios en la oración y la súplica, llenos de gratitud. Y que la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, custodie sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús" (4, 6-7).

Es lo que deseamos y pedimos para Guerrero y para nuestros Municipios: que la paz de Dios custodie corazones y pensamientos, para que ya se acaben los temores del pueblo y produzca frutos de serenidad y armonía; que cada uno de los que tienen derecho a votar, en este domingo 5 de octubre, acudan a las urnas a depositar su voto, sabiendo que de esta manera están contribuyendo al bien de todos y cada uno de los Guerrerenses, actúen con libertad, siguiendo únicamente lo que les dicte su conciencia, en la elección de los candidatos que consideren más idóneos para servir a su comunidad.

Existen fallas que se deben superar para llegar a una madurez política y a una democracia plena. Una de estas fallas es el abstencionismo que lamentablemente se sigue dando entre nosotros, ya sea por una apatía natural o por la desconfianza de que el voto no sea respetado. Sólo por razones graves una persona se puede abstener de votar. El dejar de votar es una falta grave de responsabilidad y constituye una falta moral, propio de cristianos irresponsables.

Que cada quien haga su mejor esfuerzo por producir frutos de bondad, justicia, honestidad, trabajo, solidaridad y paz. Que hagamos a un lado intereses egoístas, si son sólo particulares puntos de vista y están provocando daño a la comunidad. Esta es la paz de Dios, que sobrepasa toda inteligencia, y que por eso muchos no la comprenden; pero ¡primero está el bien de Guerrero y de cada Municipio que los intereses partidistas o individuales!

Invitamos a todas las Comunidades Parroquiales a pedir a Dios, Padre y Señor de la historia, sabiduría y acierto en la elección de los Legisladores Estatales y Presidentes Municipales para el bien de nuestros pueblo. Seamos cristianos responsables de nuestros gobernantes.

Pidamos a Santa María de Guadalupe, que por su intercesión maternal nos alcance buscar el progreso de nuestro Estado y de nuestros Municipios, por los caminos de Justicia, de Paz y de Fraternidad. Una oración especial hoy por el XII Sínodo de los Obispos que inicia en Roma, con el tema: La Palabra de Dios en la vida y la misión de la Iglesia.