Solemnidad del Corpus Christi, Ciclo A

Juan 6, 51-58

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Impulsos Evangélicos

1.    Hoy, en domingo , se celebra la fiesta del Cuerpo de Cristo. Es semejante a la  del Jueves Santo. La Eucaristía es el manjar y núcleo por excelencia de la vida cristiana. Es el alimento destinado a fortalecer en nosotros una doble unión: con Cristo y con la humanidad.

2.    Las cosas importantes de la vida no las podemos olvidar. Las recordamos, las volvemos a vivir, porque en ellas se decidió algo sumamente importante. El pueblo de Israel nunca podrá olvidar que, durante su travesía del desierto, Dios los alimentó.

3.    <<La primera comunidad cristiana comprendió en seguida la importancia de la Eucaristía. No es para hartar el estómago. Ella es el signo de una comunión y de un amor: en primer lugar, con Cristo, lo cual supone identificarnos con su vida y su entrega, su sacrificio por los demás; en segundo lugar, con los demás en el Cuerpo de Cristo, lo cual implica la unidad, la solidaridad, la fraternidad.

4.    No puede haber Eucaristía con Cristo si no hay comunión con los hermanos, ni viceversa.

5.    La Eucaristía es la celebración gozosa de  una presencia, de un amor entregado en sacrificio. Por eso mismo es algo que compromete al amor y al sacrificio: los supone y los realiza a la vez. ¿ Podremos nosotros, hombres del siglo XXI, estas cosas tan importantes?

6.    Las Eucaristías parroquiales deberían prepararse mejor entre los sacerdotes y los fieles. A veces resultan tediosas, aburridas y sin atractivo. Estamos de acuerdo que es asunto de fe. Es cierto, pero no cabe duda de que cuando hay cánticos, signos y participación todo el mundo la vive y la siente mejor. Habría que establecer en cada iglesia el equipo de Liturgia, de lectores, de ministros de la comunión, los que rezan el rosario y el equipo que prepara los cantos.

7.    La presencia de Dios inmediata, tangible, carnal se prolonga en la Eucaristía. Pero además hay que notar que las expresiones están unidas al sacrificio, a la entrega: <<Y el pan que yo os daré es mi carne para la  vida del mundo>>.

8. Esto sólo puede comprenderse por la fe. A partir de la fe, este pan nos da la misma vida de Cristo, una vida eterna , imperecedera que nos hace entrar en comunión con el Padre, con la Trinidad.

9. ¿Puede un cristiano olvidar todo esto? No. Es preciso que lo recuerde, lo viva y lo celebre, como signo de fidelidad a una Alianza y a una liberación que ha decidido su porvenir. Y esto tendrá lugar en la Eucaristía, como lugar de encarnación permanente de la presencia de Cristo, y memorial permanente de salvación.

10. <<El que come vivirá por Mí>> Esta promesa de Cristo debe ser para el creyente una exigencia de vivir según el estilo de Jesús de Nazaret.

<< Si en lo físico somos lo que comemos ( Feuerbach), ¿ por qué en los  sobrenatural, para poder seguir siendo miembros vivos de Cristo, no nos iba a ser posible nutrirnos de El?. El mismo Cristo nos anticipó la respuesta al  decir:<< Como vivo por el Padre, así todo el que me ama vivirá por mí>>.