XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo A

Mateo 21, 33-43

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Impulsos Evangélicos

1.    La historia de Dios con Israel y contigo, es siempre una historia de un amor no correspondido. Dios recorre los caminos de los hombres, por su amor se va acercando a  su pueblo; pero el pueblo no sabe responder. El canto de la viña es un canto de amor y de trabajo, es el canto de un amor realista.

2.    El amor de Dios es siempre esperanza, espera algo de la viña; pero la respuesta lógica, los frutos, no llegan; y no sólo eso, sino que la respuesta es <<amargura>>. La viña transforma el amor de Dios en un <<desprecio y olvido>>.

3.    ¿Qué hará Dios ante esta situación? La respuesta es lógica <<el abandono>>. Dios no castiga positivamente, simplemente retira su apoyo, destruye lo construido y deja a la viña que viva su sueño de autonomía y soledad...

4.    Para ti, la viña  es la Iglesia; en medio de los pueblos esta viña está plantada; pero ¿ qué hacemos? ¿ Damos amor o amargura? La lucha entre el amor y la infidelidad continúa también en la historia de la Iglesia...pero en medio de nuestra tierra ha nacido una vid...>> Yo soy la vid y vosotros los sarmientos>>...

5.    La única manera de vivir es unirse a Cristo, sin él la vida es imposible: pero la realidad es que hoy como ayer la viña de Israel, también la Iglesia hunde sus raíces en otras fuentes donde sólo chupa amargura y dolor.

6.    Los creyentes no somos una viña trasladada por Dios a otro planeta, vivimos en medio del mundo...<<no te pido que los saques del mundo, sino que los guardes del mal>>.

7.    En medio del mundo crecemos de cara a Dios...<<oración, súplica, acción de gracias>>. Somos los intermediarios por nuestra  unión con Cristo entre Dios y nuestro mundo.

8.    la fe es nuestra vida y nuestra paz; no vivimos apoyados en nuestras fuerzas, vivimos apoyados en dios que nunca falla.

9.    Dios ha elegido un nuevo pueblo, la Iglesia. Pero no como un coto privilegiado, ni como <<una casta sacerdotal>>, sino como medio de promoción de la verdad evangélica, en su sentido más pleno. Y esta Iglesia debe vigilar para que en ella no sean aniquilados los profetas, ni  que Cristo sea  suplantado por otros poderes humanos.

10. El hijo enviado a la viña es Jesús. Y tan torpes fueron los viñadores que se lo cargaron por unas pesetas de nada. ¡ Vaya con los viñadores, que somos todos los hombres! Nos comportamos, a veces, peor que los animales.