XII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB
Impulsos Evangélicos
1.
Eres creyente
desde hace X años. Sé de gente que, al ser preguntada por personas no
cristianas, sobre quién es Cristo se han avergonzado o no han querido contestar.
Sin embargo, estas mismas personas creyentes, cuando le han preguntado por el
club al que pertenecen, han dado todo tipo de señales.¡ Vaya contradicción!
2.
Según sea tu
edad y tu maduración en la fe, así debe ser tu respuesta a Cristo si te
preguntara cada día <<¿quién soy yo>>.
3.
Esta pregunta
se la hizo y sigue haciéndosela a sus seguidores, justamente antes de que
empezaran sus días malos.
4.
No se trata de una pregunta cariñosa
que un maestro hace a sus discípulos. La pregunta
tiene como fin constatar el grado de adhesión que tenían a su persona divina y
humana.
5.
Unos chicos que
conocí en un encuentro , me decían: <<Cuando abrimos el Evangelio, cerramos unos
instantes los ojos para hacer presente a Cristo. En seguida comenzamos a leerlo
hasta que una frase nos interpela. Y, a raíz de esta frase, comenzamos a vivir a
Jesús.
6.
Para nosotros,
que queremos ser coherentes con nuestra fe, sólo hay dos opciones: conocerlo
cada mejor, escucharle, amarle y seguirle, y, en segundo lugar, situarnos ante
su misterio viviéndolo con el apostolado y en nuestra intimidad.
7.
Sophie, una
joven convertida al cristianismo, contaba que para ella cada día era una ilusión
fascinante. ¿Por qué?, me atreví a preguntarle: Porque no me aferro a lo que sé
de Cristo, sino que él me invita a una búsqueda continua de su persona .
8.
François piensa
algo parecido:<< Cristo me invita diariamente a que haga un reajuste de mi
persona. Necesito perfeccionarme para asemejarme lo más posible a él .
9.
<<Cristo es
para mi el motor que me lanza a salir de mis mediocridades. Anhelo pasar cada
día en su compañía porque él es el mejor amigo que nunca me defrauda.
10.
<< No voy a él
como buscando un refugio. Al contrario, lo busco cada día porque él mi luz en
mis momentos álgidos y también en los bajos. Y me digo al levantarme : <<Deja
que Cristo actúe en ti>>. Y, oye , amigo/a, me siento la mar de bien.
.