XXVII Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C

Lucas 17, 5-10

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Impulsos Evangélicos

1.       << No tengas miedo de dar la cara por el Señor>>.San Pablo, harto de luchar por el Evangelio, les dice a los Gálatas que no tengan miedo en dar la cara por Jesús. ¿ Cómo puede haber un cristiano enamorado de Cristo hasta los huesos, si le da vergüenza hablar de él en cualquier parte? Recuerda a Franklin, estadista:>> Los que son cobardes se muestran vergonzosos ante la verdad>>.

2.       Dios, según los antiguos, no es un juez severo. Era la vieja teoría de presentar a Dios como un juez terrorífico. No, ni hablar. Se trata de ti, de tu propia actitud con él.

3.       Fíjate bien en que Jesús combate duramente la conducta hipócrita de los fariseos, es decir, aquellos hombres que se creían tan religiosos mediante el engaño que lo aceptaban como la cosa más natural del mundo.

4.       ¿Sabes lo que les pasaba? Que se quedaban en la simple relación de persona a persona. Y para colmo de sus males, ven a  Dios como un amo distante y severo.

5.       Por eso era frecuente la imagen de ponerse ante Dios como un siervo o trabajador:<< Si te sirvo bien, ¿ qué me pagarás?>> Esta idea de cálculo o de salario le revienta a Jesús.

6.       Y no, no y no. Dios es el ser cercano a cada persona. Es más, él mismo exige aproximaciones. Y Jesús defiende en varias ocasiones esta idea de la grandeza amatoria de Dios.

7.       Al joven rico le dijo: ¡Fuera!<<Sólo Dios es bueno>>. En la parábola de los obreros contratados, pronuncia estas palabras:<<¿ Acaso no soy libre de dar lo que quiera?>>

8.       Dios no es el cambio de moneda:<<Mira, te rezo mucho, sufro mucho, me sacrifico mucho...¿Qué me darás por ello?

9.       ¿Sabes lo que responde Jesús? <<¡ Nada!>> Métete en la cabeza que Dios nunca te debe nada>>

10.    ¿ Qué hacer entonces? Aumentar tu fe. Es la fuerza de la fe la que pone  en el mismo lugar al amo y al empleado Aunque vayas a Lourdes, a Roma y Jerusalén... Dios pide mucho más. El es el exigente por naturaleza. Dios, me decía una joven, me exige cada día trabajar  más por él entre mi curso, entre mis colegas, en mis ratos libres...Y me dice que haga todas las cosas  por amor. Como me ama tanto, me siento feliz de ser exigente conmigo misma. Y me decía que le venían a su mente estas palabras del Salmo 39:<< Alégrense y gozan contigo todos los que te buscan; dicen siempre: ¡Grande es el Señor!