XXXI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo C
Lucas 19, 1-10
Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB
Impulsos Evangélicos
1.
<<El amor de
Dios ha sido el único móvil de la creación; su bondad se extiende a todas sus
obras. Te compadeces de todos porque amas a todos>>. Si alguna vez oyes decir a
tu lado que Dios está tranquilito y que “pasa” de ti, es falso totalmente. La
pedagogía de Dios para con el hombre es siempre derramar amor, misericordia y
perdón. Ya ves que no es poca cosa.¿ Qué haces tú?
2.
Festival de
miradas. Así podríamos titular este Evangelio. Zaqueo, desde su puesto de
inspector de Hacienda,- tan mal visto por todo el pueblo -, quiere ir en busca
de Jesús. La gente se lo impide. Se sube entonces en un árbol. Jesús lo mira. La
gente mira a los dos y chismorrea con mala intención.
3.
Jesús no mira
como los otros habitantes de Jericó. El mira la profundidad del ser humano, no
sus apariencias. Se da cuenta de que Zaqueo, el odiado por todos, tiene un alma
grande dispuesta para la conversión.
4.
Zaqueo corre para subirse al árbol. Jesús lo mira
tiernamente y le dice:<< Baja en seguida>>. Ya en presencia de Jesús,
declara ante todo el mundo:<<Voy a restituir con
generosidad y a dar con más generosidad todavía>>.
5.
Jesús se queda
mirándole y le dice:<< Hoy ha llegado la salvación a tu casa>>.
6.
La chusma, al
ver aquella novedad en el maldito inspector de Hacienda, da gritos diciendo:<<¡
Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador!>>.¿ Qué le ocurre a esta gente de
ayer y de hoy? Que no pueden ver el corazón de Dios ni el corazón de Zaqueo. A
veces notarás que te etiquetan. A Zaqueo y a Jesús los etiquetan igual: un
explotador y un profeta. Una mezcla imposible.
7.
Jesús, ya en su
casa le diría en palabras actuales:<<Tú vales mucho más de lo que está
viviendo>>. Y Zaqueo:<<Aunque trastornes mis planes, seguiré a fondo tus
palabras>>.
8.
Piensa hoy,
tranquilo y en paz, en los chismes que la gente dice de ti. Pasa olímpicamente
de ellos. Ve la mirada y las palabras que te diría hoy Jesús a ti y a tu
familia.
9.
Priscila, una
chica de 16 años, me confesaba que cada día, antes de entrar en las clases, va a
la capilla. Saluda a Jesús y se queda un ratito mirándolo. Noto que me da
fuerzas para empezar las clases y el trabajo relacional con gusto y sin
decaimiento.
10.
Señor, ¿ qué
cambio esperas de mí, aunque no sea inspector de Hacienda? Soy mucho menos, pero
también necesito que aumentes en mí el don de recibirte en mi casa y de que,
dejando aparte tanta tele, radio y prensa, medite tus palabras santas en la
Biblia. Gracias.